Medio millar de personas se han concentrado este domingo junto al restaurante El Bungalow de Palma para pedir que no sea demolido y que se convierta en una excepción dentro de las exigencias que marca la Ley de Costas. Los asistentes han realizado una cadena humana para rodear el local y pedir la protección del edificio y que se respete la idiosincrasia del barrio.
La propietaria del restaurante, Maleni Bonet, ha recordado que se trata de un edificio de más de 100 años de antigüedad que ya forma parte de la historia del barrio y de Palma. Agradeció el apoyo que han recibido de personas como Adrià Quetglas, Domingo Zapata, Marcos Cabotà o Jordi Mollà y ha asegurado que cuatro genereaciones de mujeres han mantenido vivo durate todos estos años el espíritu del restaurante. Más de 14.000 personas han firmado en contra de la domilición del local.
«Así es como queremos vivir la costa los mallorquines», ha dicho, tras recordar que son un ejemplo de sostenibilidad y reciclaje. Ha lamentado que la Ley de Costas «pase como un rodillo» y ha pedido que se mire la singularidad de cada caso. También ha recordado que el año que viene hay elecciones y que para entonces serán las autoridades de las Islas, y no las del Estado, las que tengan las competencias.
El presidente de la Associació de Veïns del Coll d'en Rabassa, Joan Forteza, aseguró que pedirán la paralización del expediente de demolición y que Cort inicie el trámite para que el edificio sea incluido en el catálogo de bienes protegidos como elemento patrimonial de carácter popular. «La ley tiene que defender el interés general, pero no puede ser indiscriminada, sino que tiene que tener excepcionalidades. La ley no puede perjudicar más que beneficiar», ha dicho. Ha recordado que el edificio es un vestigio de la edificación más antigua de la zona, anterior a la iglesia del barrio y a la Torre den Pau, además de ser un elemento perfectamente integrado en el paisaje. «Se tiene que respetar la voluntad popular», ha enfatizado.
En el acto festivo han intervenido los artistas Agustín 'el Casta' y Riki López, que dieron su apoyo al edificio y se mostraron críticos con el GOB, a quien 'el Casta' llegó a acusar de tener una actitud inquisitorial.«Tenemos conciencia ecológica y defendemos el paisaje, pero reclamamos un estilo de vida y poder disfrutar de nuestras cosas, además de sentido común para aplicar las leyes», ha dicho, Ha opinado que no solo los ricos extranjeros deben poder disfrutar de la costa. López, por su parte, ha anunciado que se ha dado de baja como socio del GOB y animó a los presentes a que hicieran lo mismo. «Antes eran de molar, ahora son más 'demoler'», ha dicho en un juego de palabras.
En el acto de apoyo al restaurante también ha habido representantes del PP, con Jaime Martínez y Marga Prohens en cabeza; de Vox, con Fulgencio Coll y Jorge Campos, así como de Eva Pomr (Cs) y Josep Melià (PI), entre otros.