Las obras de reforma del Parc de la Mar que comenzaron hace un par de semanas han nacido con polémica ya que, a las quejas por hacer coincidir las trabajos de unos de los lugares más emblemáticos del municipio con la temporada alta, se unen las protestas de algunos ciudadanos por nuevas las baldosas que se están colocando. Así, los denunciantes protestan por la sustitución de las tradicionales baldosas de marès, instaladas en 1984, por otras de hormigón prensado más baratas pero, a su juicio, menos atractivas y adecuadas al entorno.
El arquitecto que diseñó el parque, Pere Nicolau, confirmó a este diario que antes de comenzar la obra, y a instancias de ARCA, el Ajuntament les consultó, a él y a otro integrante del Grupo Zocalo, Ángel Morado, por el cambio en el pavimento.
Ambos, ante la imposibilidad de volver a poner marès por falta de ‘stock' y porque el que hay en el mercado es poroso y no aguantaría el denso tráfico de la zona, optaron por la baldosa de hormigón prefabricado que, en su opinión, más se adaptaba al entorno y solo pidieron que se mantuviera el tamaño de 80 x 40 y su disposición hacia la Seu. Por su parte, Angélica Pastor, regidora d'Infraestructures, aseguro que el material cuenta con el visto bueno de la Comissió de Centre Històric y que se ha optado por hormigón por ser más duradero y resistente.