Las asociaciones de personas mayores están desapareciendo en Palma debido, entre otras cuestiones, a la complicación de gestionar las subvenciones y los trámites que les exigen las administraciones. Tanto es así que hace ocho años había en el municipio 129 asociaciones de Gent Gran y, actualmente, sólo sobreviven 45 por lo que, en ese periodo, han desaparecido el 65 por ciento de ellas, según comentó la presidenta de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Palma, María Jerónima Marqués Rattier.
La representante de los mayores del municipio criticó, en este sentido, las dificultades que se encuentran los dirigentes de las diferentes asociaciones para llevar al día la gestión y requisitos indispensables para recibir las ayudas. «Ahora todo son justificantes y firmas electrónicas. Han complicado tanto los trámites en los últimos años que los están ahogando. Parece que hay una obsesión en quitar fuerza a las asociaciones», aseguró.
Marqués reiteró que las administraciones «nos han ido aislando cada vez más» y, en este sentido, criticó que han ido externalizando servicios que antes hacían ellos para dárselos a empresa privadas, «antes nosotros contratábamos a los monitores para actividades que considerábamos mejores pero ahora las han otorgado a una empresa de tal forma que el Consell manda el dinero a la asociación y esta tiene que mandarlo a la empresa que ganó su concurso». La presidenta de la Federación también se quejó de las propuesta que han hecho a varias de sus asociaciones, como ya ha pasado con la de SonFerriol, para que dejen de tener locales propios y se integren en los casales de barrio. «Quieren mezclar a las personas mayores con los jóvenes y eso es complicado porque las actividades y las necesidades son diferentes».
El apunte
Reunión para arreglar el problema con la sede de Son Cladera
Los representantes de la Asociación la Cala de Son Cladera se reunieron ayer con el conseller insular de Presidència, Javier de Juan, y con representantes de la Fundació Sa Nostra para evitar el desahucio de su sede por una deuda contraída de 18.700 euros. Entre las soluciones que se barajaron, y que se estudiarán, está la de ocupar sólo medio local para bajar así el alquiler, o compartirlo con otras entidades.