El sector inmobiliario es un área productiva de gran peso en la economía (es uno de los que más aporta al PIB) y a la vez, de gran importancia social por el producto de primera necesidad con el que trata.
Como cualquier otro mercado, el inmobiliario se compone de oferta (producto a la venta) y demanda (deseos de compra), y de sus ajustes en busca del equilibrio resulta un estado concreto de precios y operaciones. Sin embargo, debajo de esa visión simple, encontramos un escenario complejísimo influenciado por diversidad de factores económicos, sociales, políticos, legales… La industria inmobiliaria es un entramado con diversas líneas, tanto de producción como de comercialización, ya que abarca cualquier actividad realizada sobre un bien inmueble ya sea este residencial, comercial, industrial o tierra.
Lo principal que debemos saber diferenciar para entender el sector es qué es una promotora y qué una agencia inmobiliaria. La promotora es una empresa que compra suelo para desarrollar el proyecto urbanístico. Es la que se encarga del proyecto arquitectónico y de coordinar las diferentes fases y líneas para su desarrollo. Para la ejecución necesita una constructora, externa o interna. La constructora es la empresa que ejecuta la obra. Por otro lado, para la comercialización también necesitará estructura interna o contar con una empresa externa: una comercializadora o una agencia inmobiliaria.
La agencia inmobiliaria es una empresa especializada en la comercialización de viviendas propiedad de un tercero; ya sean nuevas o de segunda mano. Es por esto que los agentes inmobiliarios son los grandes conocedores del mercado en su más amplia expresión; pensemos que la compra venta de inmuebles de segunda mano suele suponer el 80% del total de las operaciones.
¿Cómo invertir en el sector inmobiliario?
Invertir en el sector inmobiliario es rentable. Se trata de una industria en constante cambio, pero también expansión. Cualquier compra de vivienda es adquisición de patrimonio, por lo que es una inversión; pero también existen otras opciones como la de comprar acciones de empresas constructoras o promotoras o incluso, comprar viviendas para sacar rendimiento a la gestión de su arrendamiento.
Desde luego, el sector inmobiliario es un universo apasionante con muchísimas vías de desarrollo como inversor y como carrera profesional o de negocio. Es habitual que profesionales de otras áreas como las finanzas, las ventas, el derecho o el marketing busquen un cambio de aires y encuentren en el inmobiliario, un sector para el que sus conocimientos previos les otorgan ventajas y en el que descubren un camino de motivación, crecimiento y conciliación con su vida personal.