Los alcorques de Palma florecen. El Ajuntament de Palma ha estado desarrollando en las últimas semanas una prueba piloto en todos los Distritos de Ciutat mediante la cual el área de Infraestructures del consistorio ha sembrado por primera vez semillas de flor silvestre seleccionada que florecen dos veces al año. Según ha informado la edil del ramo en las redes sociales, Angélica Pastor, esta medida hace que Palma sea más sostenible ya que estas flores silvestres en los alcorques aportan vida y color a los vecindarios.
El programa ya se ha testado con éxito en otras capitales españolas, como por ejemplo Logroño, y en ciudades catalanas y madrileñas de un tamaño inferior al de la capital balear, donde se ha comprobado que naturalizar los alcorques reporta beneficios sobre el entorno. Según los expertos, al enriquecer esas pequeñas parcelas de tierra con más vida se convierten en refugio y alimento para pequeños insectos, que ayudan a su vez al control de plagas en el arbolado de la ciudad, y además capturan los malos humos que emiten los tubos de escape.
Por otra parte la Junta de Gobierno de Cort ha aprobado el inicio de la contratación para la falca verda, que permitirá plantar 130 árboles y 1.700 plantas y urbanizar el passeig de Sínia den Gil y Joan Dameto. Según Pastor se trata de «uno de los proyectos más importantes del área de Infraestructures y ahora la novedad es que tenemos un 80 % de este proyecto financiado a través de los fondos europeos». De este modo el proyecto de ejecución de la Falca verda cuenta con un presupuesto de 2.097.274 euros.
Con esta intervención se construirá un bancal de 27 metros de ancho que creará un balcón sobre la ciudad y sobre el parque de la Riera desde los barrios de Es Fortí y Son Cotoner. Se trata además de un proyecto con presupuestos participativos apoyado por los vecinos, tal y como inciden fuentes municipales.