«Hay más alquiler de habitaciones que nunca». Así lo confirma la presidenta del Colegio de Agendes Inmobiliarios, Natalia Bueno. Los anuncios para alquilar una habitación se multiplican en Palma a medida que llega la temporada alta y los trabajadores buscan un alojamiento a un precio asequible. Si los pisos se alquilan a una media de 1.000 euros, ahora se disparan los anuncios de personas que demandan habitaciones y se cotizan al alza: de entre 300 y 500 euros. Se espera que a medida que llegue el verano los precios suban aún más.
«Hola. Necesito ayuda: busco habitación sin fianza. Si es posible cerca Palma, con un ambiente bueno y tranquilo. Urgente», dice un demandante de alojamiento en uno de los múltiples anuncios que pueblan Facebook. Según Bueno, el perfil de personas que buscan esta opción de alojamiento es de lo más variado: frente al típico perfil de veinteañeros que comparten piso, ahora se suman en tromba divorciados, jubilados, personas de mediana edad cuyos sueldos no alcanzan para pagar un piso e incluso familias con hijos.
Tampoco escasean los que ponen anuncios para alquilar una de las habitaciones de su piso. «En la posguerra se hacía mucho. Cuando hay necesidad, la gente busca alternativas como puede. Y tener una vivienda de alquiler con los precios tan altos que hay hoy en día, es un refugio. Si tengo una habitación que me sobra, voy a darle un uso», explica la presidenta de los agentes inmobiliarios. Con la subida de precios de pisos en Palma, las cuentas no salen y compartir es, para muchos, la única opción para seguir viviendo en Ciutat. Otra cosa es que el propietario de la vivienda esté al tanto. «Incluso sin permiso del arrendador se alquilan dormitorios con derecho a uso de la cocina porque no llegan a final de mes. Pero es que según un estudio de la OCU a nivel nacional, ha pasado del 60 al 66 por ciento las familias que no llegan a final de mes. Con esta inflación hay que buscar alternativas como sea».
En Palma han surgido opciones tan curiosas como la de Urban Roomie, que en el barrio deFoners ha puesto en marcha el alquiler de camas, en una habitación-colmena con otras 17 plazas separadas solo por una cortinilla, que se puede alquilar durante un mes e incluso un año a 375 euros el mes. Esta opción, que se anuncia como albergue, permite el uso de lavandería, cocina y salones comunes. «Estamos en una situación muy delicada y preocupante por las consecuencias de la inflación. La guerra es el detonante, pero la subida de precios ya venía de antes», explica Bueno pero «allá donde hay demanda, suben los precios».