11.30 de la mañana. Una grúa municipal recorre la avenida México, pasa por la la calle Brotad y vuelve a la principal por Puerto Rico arrastrando un vehículo muy dañado. «Ese está buscando un aparcamiento libre para dejarlo ahí estacionado. No es la primera vez que lo hacen ni será la última. Y esta practica la realiza el mismo ayuntamiento. Es increíble...», apunta Alejandro Sarmiento, vecino de Nou Llevant y tesorero de la entidad vecinal, que lleva años denunciando la desidia del Consistorio de Palma para con esta popular barriada.
La asociación vecinal lleva años denunciando que el barrio se ha convertido en un cementerio de vehículos abandonados; la gente los deja en las calles de Nou Llevant y poco a poco son desguazados por la gente. «Un día falta una rueda, otro aparecen los cristales rotos porque algunos chicos les ha dado por tirarle piedras y otros se convierten en el dormitorio de gente sin hogar, creando, además, problemas sociales en la barriada del que nadie se hace cargo», critican los residentes.
No es el único problema de Nou Llevant. También es la escombrera de Palma. Enseres abandonados, cámaras frigoríficas de bares, bidones, muebles inservibles, toneladas de basura amontonada sin orden y concierto en los solares aún vacíos del barrio. «Falta personal y medios para limpiar, más papeleras y mejoras en los contenedores. Pero, sobre todo, hace falta más orden y vigilancia. No puede ser que nuestras calles se conviertan en el cementerio de coches de Palma y en la escombrera de todos y que no pase nada», lamenta María Cruz, de la asociación de vecinos.
«Resulta curioso que las máquinas barredoras que recorren diariamente la zona centro de Palma se aparcan en un solar de nuestro barrio. Son los mismos recursos que nunca se utilizarán para limpiar nuestras calles. Es un detalle nimio, pero te deja claro en qué posición estamos los vecinos de Nou Llevant», apuntilla Sarmiento.
La historia de la barriada
Cuando Bernat Calvet i Girona diseño el primer ensanche de Palma (1901) incluyó en su proyecto el espacio que ahora ocupa el barrio del Polígono de Levante, hace unos años rebautizado como Nou Llevant, y sin embargo no fue urbanizado hasta 1972, con la llegada masiva de inmigrantes de la península, siguiendo las directrices del Plan Parcial diseñado en esos años, sin tener en cuanta los trazos del proyecto de 1901.
El diseño urbano de este barrio estaba inspirado en los principios racionalistas del famoso arquitecto Le Corbusier en la década de los 20, 30 y 40. Así, se creó un polígono de viviendas de protección oficial, sin ningún tipo de servicios, lo que ha acarreado muchos problemas con los años. El bajo valor del suelo de la zona, que hasta que empezó a construirse eran terrenos de regadío bañados por la Font de Mestre Pere, propició que se construyeran en ella centros escolares e institutos y edificios de la administración periférica del Estado y la casa cuartel de la Guardia Civil.
Ahora la barriada está inmersa en un curioso proceso de cambio. Considerado durante décadas un 'barrio chungo' de la capital palmesana, su privilegiada ubicación ha hecho que el canibalismo insaciable de la construcción haya puesto sus ojos en esta zona de Palma y en los últimos dos años han comenzado a construirse un puñado de viviendas dirigidas a compradores con un nivel adquisitivo alto. «Quizá sea el principio del cambio del barrio», comenta esperanzada María Cruz, secretaria de la asociación de vecinos.
La próxima llegada de nuevos vecinos también preocupa a la entidad vecinal. Con casi 7.000 vecinos en el barrio, el centro de salud Emili Darder ya está saturado y la llegada de más residentes hará que el problema será aún mayor. «Nos cuesta entender que el Govern no haya pensado en eso. Imagínese la lista de espera, y la gran mayoría de vecinos somos mayores y jubilados», critica el tesorero de la asociación de vecinos Nou Llevant.
Además, recuerdan que el servicio de taxis para las personas mayores no funciona como debiera. «Tienes que llamar el día anterior para solicitar el traslado al PAC, pero qué haces para volver a casa, también tienes que preavisar al taxista. Los pacientes sabemos cuándo tenemos una cita médica, pero no cuando vas a salir. En definitiva, el servicio no funciona y no se usa. Con lo fácil que sería haber puesto un microbús que circulara por la barriada», comenta Cruz.
Los vecinos también lamentan que llevan años pidiendo el rebaje de las aceras para que los vecinos puedan caminar sin tropiezos. «Solo hace falta un poco de voluntad política. No pedimos tanto», apunta Alejandro Sarmiento, al tiempo que José Luis Páramo, otro residente de Nou Llevant , recuerda que la calle Caracas lleva cerrada más de dos años por obras que ya han finalizado, pero la calle sigue sin poder usarse.
El apunte
El problema del parque Wifi
Desde hace unos años, los vecinos alertan que el parque Wifi se está degradando al haberse convertido en un punto de droga y de peleas entre pandilleros. Solo en 2021 se levantaron más de 460 actas, la mayor parte por incumplimiento de la normativa COVID, pero también por el deterioro de la tranquilidad del entorno, como realizar botellones.
A finales de diciembre del año pasado el parque se cerró para realizar una serie de obras de vallado. La policía confía en que cerrar las instalaciones en horario nocturno ayudará a evitar con los trapicheos de drogas, pero también con los botellones a altas horas, ruidos y peleas.