Los vertidos al mar y los cierres de las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí tienen los días contados. Este verano estará operativo el colector interceptor de la recogida de aguas pluviales y residuales junto con el tanque de tormentas. Precisamente ayer se finalizaron las tareas de excavación del colector interceptor de la recogida de aguas pluviales, con un túnel que conecta las Avingudes con el tanque de tempestades y la depuradora. «Cuando entre en funcionamiento evitaremos desbordamientos al mar cuando llueve. Podremos parar el agua y saldrá tratada al mar. Es una noticia muy esperada. La obra tiene un presupuesto de 27 millones de euros, que se financia gracias al canon de saneamiento», señaló el alcalde de Palma, José Hila, que visitó la obra junto con el conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir, y el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà.
«Damos una solución a un problema histórico de la ciudad», añadió Hila, que se mostró muy satisfecho por este proyecto que cuenta con tres kilómetros de tuberías que separan la depuradora EDAR 2 del Coll d'en Rabassa del punto de inicio de esta infraestructura. El ritmo de excavación ha sido de 12 metros diarios. Esta es una de las obras de ingeniería más importantes que se han realizado en la ciudad.
Hila recordó que el siguiente paso ahora es «construir la nueva depuradora de Palma, que tiene un presupuesto de 130 millones de euros y con la que se resolverá el 100 por cien de los vertidos». Perpinyà dijo que la obra del tanque de tormentas «está prácticamente acabada, lo que permitirá ponerlo en funcionamiento en los próximos meses». El tanque de tormentas será la entrada de la nueva depuradora y mientras llega, las aguas de derivarán hasta la depuradora actual.