Las luces de Navidad forman parte de la postal típica de Palma pero una búsqueda en la hemeroteca revela imágenes inusuales de la ciudad, una muestra de la evolución histórica de la decoración navideña y sus calles. Son días de sumergirse en la nostalgia y descubrir una Palma casi olvidada, sepultada por nuevos establecimientos comerciales, frente a calles (hoy peatonales) en las que transitaban vehículos ya descatalogados y transeúntes que muestran vestimentas y cardados de otras épocas. Pero incluso en las luces de Navidad ha habido tendencias que han quedado arrinconadas.
Según cuenta un veterano del Ajuntament de Palma, «al principio las luces de Navidad eran muy precarias. Se había creado el Patronato Municipal de la Iluminación Ornamental, formado por el Ajuntament y las diferentes asociaciones de comercios». En ese momento, los comerciantes se hacían cargo de la inversión en la iluminación y el Consistorio hacía las compras y las instalaba. «Eran decoraciones artesanales sobre estructuras de hierro que tenían forma de abeto, Papá Noel o de trineo, igual que las guirnaldas de feria». Así eran, por ejemplo, los adornos de la calle Sindicato (imagen 1) en los 60.
En aquel momento, «una sola calle podía gastar hasta 1.500 watios, lo que ahora es impensable gracias a las luces LED, donde un árbol repleto de luces supone un gasto de unos 50 watios.
LED
En las primeras iluminaciones navideñas las bombillas eran de rosca, aunque se desenroscaban con suma facilidad, incluso con un golpe de viento, lo que deslucía en seguida el adorno por esos puntos de oscuridad.
Según las mismas fuentes municipales, hace unos 15 años aparecieron las bombillas de 25 watios y de ahí se pasó al tubo luminoso, aunque «los comerciantes se quejaban de que no había suficiente luz».
Hace apenas una década apareció la iluminación LED, lo que supone un gasto de energía muy por debajo de lo acostumbrado y además, permite iluminar los árboles, tal y como ocurre ahora en el Born o la calle 31 de Desembre.
Si en los 60 se iluminaban apenas 20 calles, ahora se expande por 135 calles y plazas de Palma. Más generoso, eso sí, pero no llega al delirio lumínico de Vigo.