Los ciudadanos de Palma se están acostumbrando a sacar los trastos a la calle para su recogida en el día y la hora que le toca a cada barrio. Al menos así lo indican los datos que maneja Emaya, empresa que asegura que «las de estos últimos meses son las mejores cifras» desde el cambio de funcionamiento del servicio en el año 2015, cuando se suprimió la recogida domiciliaria para la población en general.
Así, en el mes de junio de este año el 90 % de los trastos fueron recogidos el día y a la hora que toca, y solo un 10 % fuera de ellos, es decir que solo una de cada diez recogidas respondió a actitudes incívicas.
Los meses posteriores han ido confirmando esta tendencia. Así, en julio hubo un 12,6 % de incivismo (frente al 23,35 % de un año antes) y en agosto subió un poco, al 14 %, con 646 toneladas recogidas.
En septiembre, con 688 toneladas retiradas, el incivismo volvió a bajar y se situó en el 11 % (un año antes fue del 28 %). Emaya considera que «éste es uno de los mejores datos pues se trata de un mes importante con el inicio del curso, el fin de las vacaciones y estas cifras indican un buen síntoma de la normalización del servicio».
Estas cifras no tienen nada que ver con las registradas, por ejemplo, en 2019, cuando la media fue de un 75,5 % de los trastos recogidos en día y hora y un 24,5 % de incivismo. En 2020 la situación empeoró aún más, «seguramente por los meses en que no se prestó este servicio por el confinamiento, que fue del 14 de mayo hasta principios de mayo», y el incivismo subió varios puntos hasta el 27 %.
Pero a partir de 2021 «la situación ha mejorado progresivamente y de forma considerable, se admite desde Emaya.
Según la empresa municipal, la mejoría ha coincidido con la puesta en marcha de la nueva campaña de concienciación ‘Trastos, el día que toca, a la hora que toca', con adhesivos en todos los contenedores, mesas informativas en los barrios, etc.
Mientras la recogida de trastos mejora, uno de los problemas más importantes que sigue teniendo la ciudad es el de los vertederos ilegales y descontrolados que se acumulan, por ejemplo, en caminos o polígonos. Emaya sanciona cada año a particulares y empresas que no cumplen con la normativa a la hora de deshacerse de residuos de obra.
Las actas levantadas en materia de residuos este año 2021, hasta el 31 de octubre, han sido 519. «El trabajo conjunto con la Policía Local ha permitido un incremento importante, pues en los doce meses del año pasado se levantaron 540 actas», se indicó desde la empresa municipal.
Las infracciones han sido tanto para particulares como para empresas. Los motivos principales de las sanciones han sido dejar sacos de obra o trastos el día que no toca, abandonar bolsas y residuos fuera de contenedores o no respetar el horario y calendario de recogida en polígonos.
La mayoría de estas actas son leves (multadas con hasta 750 euros). En el caso de las empresas la multa se debe pagar íntegramente y no se puede conmutar por charlas de formación.