La Junta de Gobierno del Ajuntament de Palma ha aprobado este miércoles la renovación de la planta de depuración de lixiviados que hay en el vertedero clausurado de Son Reus desde el año 2010, cuyo vaciado «no tiene sentido», según ha declarado el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà.
Se trata de una inversión de 1,2 millones de euros para incrementar la capacidad y mejorar el sistema de depuración y está previsto que las obras empiecen en breve.
De esta forma, informa Perepinyà, «se incrementa la capacidad y se implanta un nuevo sistema de depuración, que será a partir de ahora por osmosis inversa, más avanzado que el sistema actual de evaporación y más efectivo para eliminar la posible contaminación de los lixiviados que pueda generar el vertedero».
Como se recordará el vertedero de Son Reus, que acumula 4,7 millones de toneladas de residuos, contamina el acuífero sobre el que se asienta con metales pesados según concluye un informe del Instituto Geológico y Minero de España que se conoció el pasado mes de julio.
El presidente de la empresa municipal asegura que este proyecto «es una muestra más de que se están realizando todos los trabajos de mantenimiento que requiere el vertedero» que, aseveró, «es de los que está mejor mantenido de todo el Estado español». De hecho, Perpinyà recuerda que Baleares «es la única zona del Estado que no tiene ningún vertedero abierto».
El concejal explica que los vertederos clausurados tienen una vida y normalmente los lixiviados más importantes se producen durante los primeros años de la clausura. El de Son Reus se considera un vertedero maduro por lo que el volumen de lixiviados baja cada vez más, dice.
En relación a los informes que apuestan por la eliminación del vertedero para acabar con la contaminación del subsuelo, el concejal fue claro al afirmar que «quien propone está solución no sabe lo que es un vertedero».
«Ningún especialista que trabaje con vertederos clausurados propone sacar cuatro millones de toneladas de un lugar en el que estar controladas para llevarlas a dónde», asegura. En segundo lugar resaltó el coste de tratar cuatro millones de toneladas, «tratar una tonelada vale 100 euros, así que es fácil hace el cálculo». Por eso, insiste en que «no se entiende la propuesta, ni está justificada ni tiene sentido hacerlo».
En conclusión, el edil quiso mandar un mensaje de tranquilidad a toda la ciudadanía: «hacemos todo lo que se requiere para que el vertedero clausurado no suponga un riesgo».