La pandemia ha incrementado el número de mascotas en Palma. El Col·legi Oficial de Veterinaris de Balears (COVIB) calcula que en Palma había registrados hasta agosto 78.485 perros con chip, 785 más que en marzo de 2020, con 77.698. En el caso de los gatos, el incremento es mucho más destacado, con 2.304 felinos más en la ciudad, pasando de los 7.899 de marzo del año pasado a los 10.203 de agosto, según los registros del colegio.
La cifra oficial de perros que viven en Palma contrasta con la que maneja la asociación SOS Voluntarios de Son Reus. Según las estimaciones de su presidenta, Nieves Martín, «en la ciudad hay más de 100.000 perros», ya que también cuenta con aquellos que no tienen chip.
Sin embargo, según los cálculos de Alicia Ruiz, veterinaria y vocal del Col·legi de Veterinaris de Balears, un 10 por ciento de los perros de la ciudad no tienen chip, por lo que no llegaría al millar de canes sin documentación.
«La identificación por microchip es obligatoria, aunque hay perros que no pisan el veterinario. Aún así, estos animales sin dispositivo son muchos menos que hace años. La gente ya tiene más asimilado que tienen que aplicar las vacunaciones y en el momento en el que el animal pasa consulta, se aprovecha para colocarle el chip», según Ruiz.
Tenencia responsable
La veterinaria señaló que se percibe «un incremento de tenencia de animales más responsable. Cuando un perro o un gato llega a casa, ahora la familia se preocupa por su bienestar». Y explicó que tanto en la ciudad como en la Part Forana se ha notado una mayor entrada de mascotas en los hogares.
En cuanto a la tenencia de gatos, el Col·legi de Veterinaris advirtió que «los propietarios se han concienciado en la necesidad de esterilizar y castrar y es ahí cuando aprovechamos la anestesia para colocar el chip, que no es obligatorio en el caso de los felinos pero sí recomendable».
Otro asunto es el problema de las heces de perros que ensucian las calles de Palma. «Puede haber despistes, pero es un porcentaje pequeño. Es una cuestión de educación y civismo», dijo Alicia Ruiz, que abogó por el uso de agua para limpiar la orina.
La falta de chip, un problema para salir de Son Reus
Martín denunció el problema que supone «intentar rescatar a un perro sin chip de la perrera, ya que tienen que esperar 15 días para adoptarlos por si apareciera su dueño». En el caso de que sea un can con chip pero sin la firma de renuncia del propietario, la espera para sacarlo de allí asciende a dos meses.