Art Nouveau, Jugendstil, Modern Style y Liberty son los nombres que recibe el modernismo, corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo XIX y principios del XX. Rompe con el academicismo dominante, reivindica los motivos naturales y, al mismo tiempo, aplica las novedades derivadas de la revolución industrial.
Una veintena de personas participaron el jueves en el itinerario modernista de Gárgola en Ruta, un proyecto de Xisco Marquès, historiador y guía turístico desde 2004, con el que descubre la historia de Palma a sus habitantes: «Hay mucha gente interesada en conocer su ciudad. Intento dar un contenido de calidad, con un apoyo gráfico de los lugares que visitamos y un posterior resumen de toda la visita», explica Marquès.
Palma Modernista
«Conocía los edificios y parte de su historia, pero con las explicaciones de Xisco descubres nuevos detalles y amplías tu conocimiento», sostuvo Cati Servera, una de las participantes de la ruta, que comenzó en el Gran Hotel, construido entre 1901 y 1903 por Domènech i Muntaner. Tras observar el Forn des Teatre, ejemplo de decoración modernista en el exterior de negocios, y Ca'n Casasayas y la Pensió Menorquina, construidos por Francesc Roca entre 1908 y 1911, la ruta continuó por la calle de Santacília, que separa los edificios de la Plaça des Mercat.
La aplicación del modernismo en la arquitectura mallorquina obedece a un tratamiento decorativo; importado de Cataluña, los artífices locales proyectaron una construcción ecléctica con características de distintas corrientes, como el Art Noveau belga y francés, ondulante y orgánico, la secesión vienesa, de tendencia más geométrica, y la historicista, con recursos neoárabes y neogóticos.
«Descubres muchas cosas que, siempre has pasado por alto. Es una iniciativa muy interesante para el público local; debemos conocer lo que tenemos en casa», afirmó Marga Rullán. Además de visitar numerosos edificios que, a partir de su reforma, incluyen decoración modernista tanto en el exterior como en su interior, como Ca'n Marquès o el Círculo Mallorquín –actual sede del Parlament–, el itinerario incluyó la visita a La Casa de las Medias, al taller del joyero Forteza Rey, y a su casa, Ca'n Forteza Rey, uno de los edificios modernistas más destacados de la ciudad, así como los Magatzems L'Àguila, del arquitecto Gaspar Bennà- zar.
«La ruta se me ha pasado volando», afirmó Inmaculada Mir que, a lo largo del paseo, junto a Pepa Abraham, recordaba con nostalgia su infancia en las callejuelas de Ciutat. «Somos vecinas de Ca'n Canals y estas son las calles en las que jugábamos de niñas. Lo más interesante de la ruta es conocer a los artífices de cada edificio y observar cómo ha cambiado todo», indicó Abraham.