«Pensábamos que olía a muerto», dijeron ayer los vecinos de la calle Arxiduc 104, arremolinados en el tercer piso, en la puerta 17. «Que salga bien la dirección, que se avergüencen», dicen indignados los residentes de este edificio ante un piso que hasta el mes de junio estaba okupado.
Luego vino el desalojo y Solvia, titular de la vivienda, lo único que hizo fue colocar una alarma para evitar nuevos okupas y cerrar la puerta a cal y canto. Dentro dejó una casa abandonada con alimentos fuera de la nevera, basura orgánica podrida y hasta una docena de huevos a pleno sol...
«Huele tan mal y está todo tan lleno de cucarachas que nos ha infestado toda la finca», dijo María Albert, una de las vecinas del inmueble afectada. Lleva dos meses llamando a la promotora propietaria y no le han dado ninguna solución, ha puesto denuncias en el Ajuntament y la policía. Hasta que el pasado jueves, junto con el presidente de la comunidad, Israel Delgado, dieron un ultimátum a la gestora de pisos, propiedad de un fondo buitre. «O venís a abrir el piso o abrimos nosotros a la fuerza».
Este viernes se presentó la Policía Nacional, una empresa subcontratada por la entidad y un operario de limpieza. Cuando abrieron la puerta el escenario era desolador. Tanto, que el operario se negó a llevar a cabo ninguna tarea. «Sanitariamente es un desastre», denuncian.
A María Albert le dio tiempo a recorrer la vivienda y hacer fotos y vídeos que muestran cómo fue abandonada a toda prisa por la familia de okupas: abuelos, un matrimonio con una niña de seis años y un bebé en camino. Hay restos de comida, ropa tirada por todo el suelo, un ejército de cucarachas germánicas campando a sus anchas y los restos de un incendio de hace cuatro años.
Impago
«A los dueños originales los echaron por impago y desde entonces tenemos okupas», contaron los vecinos arremolinados en el pasillo. Ayer solo pudieron poner un tratamiento para acabar con las cucarachas y ahora la comunidad tendrá que pagar la limpieza del piso cuando haga efecto. Eso sí, «la factura se la pasaremos a la empresa gestora».
Los vecinos reclamaron al Govern que expropie el piso. «Es una pena que esté vacío cuando hay tanta gente que necesita una vivienda. Que lo arreglen y se lo den a una familia que lo necesite. Nos da igual que no puedan pagarlo, pero necesitamos que alguien viva en él y lo mantenga en buenas condiciones», incidieron.
Las condiciones infrahumanas en las que se encuentra la vivienda han afectado a los vecinos, que sufren malos olores y la invasión de cucarachas que se dispersa por el patio de luces hacia todos los pisos.
«Ya nos dijo la policía que el único remedio para que el fondo buitre propietario haga algo es llamar a la prensa que muestre todo este desastre», cuentan. Ahora queda esperar a que mueran las cucarachas y limpiar a fondo.