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Claudi Aguiló, arquitecto: «En La Soledat  buscamos el diálogo con Can Ribas y las casetas adyacentes»

Fundador junto con el ingeniero Albert Domingo del estudio DATAAE, presenta el proyecto para construir 35 viviendas plurifamiliares

El arquitecto Claudi Aguiló.

| Palma |

Intemperies. Esta es la idea entorno a la cual giró la presentación del arquitecto Claudi Aguiló en la Setmana de l'Arquitectura y Diseño del Club Pollença. Aguiló, fundador junto con el ingeniero Albert Domingo del estudio de arquitectura multidisciplinar DATAAE, hizo un recorrido por varios proyectos arquitectónicos para mostrar las diferentes maneras de gestionar la intemperie: los espacios exteriores y intermedios, los espacios bioclimáticos, los espacios inútiles, los que no computan, los espacios sin programa, atrios, terrazas o galerías y, sobre todo, espacios de confort ambiental que aportan profundidad, indefinición y complejidad a las diferentes arquitecturas. Este recorrido concluyó con la presentación del proyecto de 35 viviendas plurifamiliares de protección oficial que DATAAE construirá en la calle Fornaris, en el barrio de La Soledat.

¿Qué los llevó a presentarse al concurso?

—Una de las razones fue porque el proyecto estaba ubicado en un espacio de interés, la fábrica de Can Ribes y s'Hort des Ca; y, otra, porque tenía una densidad absolutamente aceptable, planta baja más dos pisos, cosa que no sucede nunca y eso nos gustó. Así que intentamos crear un entorno tranquilo y buscar el máximo diálogo con las construcciones adyacentes.

¿Cómo conseguirán establecer este diálogo?

—Decidimos realizar un proyecto sin composición de la fachada. Proyectar utilizando un lenguaje compatible con el entorno, no sólo con la fábrica de Can Ribas sino también con las casetas adyacentes. Por ello, lo que hicimos fue proyectar una estructura muraria de marés y con pilastras iguales a las de la nave de la fábrica de Can Ribas.

¿Cómo se relacionarán los habitantes de este edificio con el entorno?

—Con un jardín interior. No habrá un vestíbulo convencional, sino que los vecinos accederán al edificio a través de un jardín comunitario.

Uno de los objetivos que se les planteó fue conseguir la máxima eficacia energética y utilizar bloques de marés.

—Sí. Realizaremos una estructura más resiliente, de marés, que aguantará los cambios de temperatura. Además, construiremos dos galerías que permitirán filtrar el aire en verano y captar el sol en invierno. Las viviendas serán 100 por cien bioclimáticas.

¿Por qué esta apuesta por una estructura de marés?

—Porque las construcciones con mucha masa soportan mejor los cambios climáticos y en Mallorca las construcciones deben tener mucha masa. El cambio climático y la pobreza energética sólo podrán paliarse si se realizan construcciones mucho más resilientes.

¿Qué debe suceder para que está transformación sea posible?

—Nuestra dependencia a la energía es política. Por tanto, lo que debe hacerse es invertirla. Políticamente toda España ha adoptado el hormigón como sistema de construcción. Hay que invertir este sistema industrial y apostar por otras opciones más sostenibles.

Fábrica de Can Ribas, en La Soledat.

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