Un informe de julio de 1977 elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ya advertía de los peligros de la instalación de un vertedero y una planta incineradora en la finca Son Reus Baix.
En el documento se analizan los posibles problemas de contaminación que podría crear este vertedero en el que desde 1974 se contaban 400 toneladas al día de residuos sólidos urbanos.
Y cita otro informe del 10 de septiembre de 1974, en el que ya se especificaba «que el emplazamiento de Son Reus era totalmente inadecuado para situar en él un vertedero de basuras por el grave peligro de ser contaminados los acuíferos de la zona, y que las medidas que en el futuro se pudiesen tomar para impedir las aguas infiltradas en el vertedero pidieran alcanzar al acuífero, única forma de evitar la contaminación de éste, eran en la práctica muy difíciles de obtener».
Este informe de 1974 advierte que «el presente [...] mantiene ese carácter disuasorio y, aunque se comprende que el problema de disponibilidades de terreno es importante, debería considerarse en un segundo plano frente a otros que pueden causar mayores perjuicios al público en general».
El informe de 1977 recomienda «evitar cualquier vertido de productos residuales, basuras, escorias o aguas efluentes en la zona norte del Llano de Palma, zona en la que se incluye la finca de Son Reus de Baix». El IGME ya advertía hace más de cuatro décadas que esta zona «es altamente vulnerable frente a cualquier actividad de vertido de residuos líquidos o sólidos en superficie; la contaminación del agua subterránea situada bajo la zona se considera un riesgo que hay que eliminar a toda costa».
El IGME elaboró otro estudio encargado por Emaya y que presentó en 2019, en el que constata la contaminación del acuífero de Son Reus y donde aconseja desmantelar el vertedero del que proceden los metales pesados que, según los análisis en 36 pozos, están contaminando el agua del acuífero. Así, pide «valorar la posibilidad de retirar» los 4,7 millones de toneladas de residuos que se acumularon entre 1975 y 2008.
La Conselleria de Medio Ambiente del Govern tiene conocimiento del caso de posible contaminación del acuífero de Son Reus desde 2008, y en 2009 ya alertó a los vecinos de dos pozos cercanos al vertedero de que no utilizaran el agua.