«Los del Ayuntamiento, un día nos mandan una cosa y otro día otra». Son las palabras puestas en boca de los operarios municipales por parte de los vecinos del barrio de Pere Garau, donde un 'despiste' ha obligado a hacer la tarea dos veces.
Los vecinos organizados del mencionado barrio difundieron a través de las redes sociales la situación vivida entorno al número 50 de la calle Arquebisbe Aspareg de Palma, a partir de una tala de árboles y sellado de alcorques, que pasamos a narrar cronológicamente a continuación, tal y como ha hecho la comunidad Flipau amb Pere Garau en Facebook desde hace unas semanas, al principio de esta polémica.
13 de marzo de 2021, polémica tala de árboles.
La ejecución de la tala de dos árboles de la calle Arquebisbe Aspareg moviliza a los vecinos concienciados, que lamentan «la destrucción del patrimonio verde y la personalidad de Pere Garau».
Los vecinos de esta activa plataforma, que en los últimos tiempos se ha distinguido por su oposición al proyecto de reconversión de Nuredduna, en contra de los preceptos municipales, manifiestan que «la tala de un árbol de gran talla debe ser la última opción».
El hecho es que los estudios ambientales y urbanísticos identifican a estos árboles como los principales responsables del atemperamiento de las islas de calor, con afectaciones importantes sobre el microclima urbano.
28 de mayo de 2021, cimentación de la base y eliminación de los alcorques.
Pese al compromiso de los responsables de distrito se antoja lejana la reposición de los dos grandes árboles talados, tras haber sido sellados los alcorques con cemento en el transcurso de las obras de reforma de la vía, en las que según denuncian los portavoces vecinales la afectación en la acera es nula.
Hay quien teme que esta forma de proceder se extienda a Nuredduna u otras calles -recordemos la reforma de Josep Darder, uno de los grandes ejes de remodelación urbanística de la capital balear-, una actuación que contraviene ciertos puntos del Pla de gestió de l'arbrat de Palma que reconoce, en línea de lo expuesto anteriormente, que los árboles con grandes copas sanas constituyen la mejor herramienta para modelar el clima urbano.
1 de junio de 2021, reapertura de los alcorques.
Tras un cierto lapso de tiempo marcado por el silencio administrativo vuelven los obreros a este número de la calle de Pere Garau para dejar listos los alcorques donde va a sembrarse nuevos árboles que hagan mejor la vida en el barrio.
La plataforma vecinal se felicita, dado que según su parecer la presión ciudadana ha logrado el objetivo que perseguía. Alguien en el vecindario comparte unas impresiones con los obreros; defienden que ellos tan solo son la mano ejecutora de quien dicta qué hay que hacer, unas veces con más tino que otras. Sin embargo, por si se les 'olvida' algún árbol en el tintero, siempre nos quedará la ciudadanía informada y activa, vigilante por el bienestar de sus vecinos.