El objetivo es ambicioso pero no imposible: vaciar Son Reus de animales abandonados. La Asociación SOS Voluntarios de Son Reus, que acaba de constituirse de manera oficial, se ha propuesto convertir a la de Palma es «la primera perrera de España que quedaría vacía», dice su presidenta, Nieves Martín. Admite que le gustaría que participase «el regidor de Medi Ambient i Benestar Animal, Ramon Perpinyà, para que el proceso sea mucho más ágil».
En la actualidad solo quedan en la perrera 25 perros y seis gatos de media. Muy lejos de las cifras de años anteriores, «cuando se contaron más de 200 perros en 130 jaulas, además de medio centenar de gatos», cuenta Martín. Para la presidenta de la asociación, la pandemia ha sido clave para esta drástica reducción de animales abandonados en Son Reus. «Durante el confinamiento solo podías salir si tenías perros. Ahora hay mucha gente sin trabajo o que no se va de viaje, y tiene tiempo para estar con su perro».
A todo esto se suma la labor de los voluntarios y las asociaciones, que ha permitido que muchos animales hayan sido acogidos para evitar la perrera. Sin embargo, aún quedan unos pocos perros y gatos que no pueden ser adoptados: «Son aquellos animales perdidos que tienen chip y que no tienen firmada la renuncia de sus dueños. Deben esperar una media de dos o tres meses para ver si son reclamados. A partir de entonces se puede iniciar el proceso de acogida o adopción definitiva».
«Queremos implicar a la sociedad. Los particulares pueden acoger, adoptar, apadrinar, hacer donaciones o convertirse en socios», dice la presidenta de la asociación.
Pero también se han propuesto recurrir a empresas, que pueden ofrecer una recompensa a las personas que adopten un animal en Son Reus, ya sea con descuentos o regalos como un curso de matemáticas on line, baño con desparasitación para el animal o clases de socialización para lograr la mejor integración de la mascota en su nuevo hogar.
Martín advierte que cada día «entran entre dos o tres animales» y con esta aceleración de las adopciones sería factible vaciar todas las jaulas de Son Reus. Con el ahorro de mantener las jaulas vacías, la asociación cree que sería posible contratar a un veterinario etólogo «que aportaría soluciones al comportamiento de animales que son agresivos porque han sido maltratados, lo que les haría más adoptables».
Coste cero
También propone una ayuda que sufrague gran parte del coste que supone adoptar perros potencialmente peligrosos: «Pedimos a Cort que tenga un coste casi cero si se adoptan a través de nuestra asociación y nos encargaríamos de buscar a la familia ideal. Ahora mismo supone un gasto de entre 300 y 500 euros».
Estos canes son esterilizados «para que no se destinen a la cría de perros». Martín advierte que «la gente se tiene que concienciar de que a los amigos no se les puede comprar, sino adoptar».