La Bodega Bellver, situada en el Carrer de Can Serinyà, 2, de Palma,volvió este martes a abrir sus puertas tras haber estado cerrada en los últimos meses por las restricciones impuestas debido a la pandemia.
Sus clientes ya pueden volver a disfrutar de sus afamados llonguets, entre los que se encuentran tradicionales como el de lomo, panceta o chistorra, junto a otros más contemporáneos, como el de sobrasada con miel, o el de queso de cabra con bacon y confitura de tomate.
La Bodega Bellver
En 1920, la familia Ramis decidió fundar la Bodega Bellver como la típica licorería, la tienda de vinos a granel del barrio. Posteriormente, en la década de los sesenta, con Pere Ramis como propietario, habilitaron también un bar para poder degustar los productos que vendían.
En los años 60, con el boom turístico sueco, la Bodega Bellver empezó a formar parte de la ruta Palma de noche. Y en los años 70, cuando terminó el turismo sueco y con Joan Roig al frente del negocio, se convirtió en un lugar para tomar llonguets.
En 2014, Joan Roig decidió jubilarse y uno de sus empleados, Cliff Amengual, junto con uno de sus clientes habituales, Pep Rotger, decidieron tomar las riendas de este emblemático negocio. Cliff explica que ambos vieron una oportunidad de negocio. Además, destaca que le tenían mucho cariño al local; Cliff recuerda que su padre ya iba a comprar licor a la Bodega Bellver.