Uno de los documentos mallorquines más extraños que se encuentran en el Archivo General de Indias (Sevilla) es el plano de una mina supuestamente de cinabrio que no sabemos si se abrió en Es Born hacia 1786. La intención, desde luego, era encontrar azogue-mercurio, vital para poder procesar la plata en España, donde estaban las minas de Almadén, pero sobre todo en América, dónde se encontraban los grandes yacimientos argentíferos. Se hizo incluso un plano de la mina con escala de «diez varas castellanas» (una vara equivale a 0,836 m).
La mina debía ir desde un brocal o pozo abierto en Es Born («brocal del Forno») hasta otro pozo situado a algo más de ocho metros. Para poder bajar a la mina y extraer el mineral, el azogue, se diseñó una caña, cable o torno seguramente, tirado por unos burros o a mano, que bajaba desde Casa Canut. Los Canut eran financieros sibilinos. De ascendencia francesa, se establecieron en Mallorca a finales del siglo XVIII. Resulta curioso constatar que Casa Canut está documentada en el Pas den Quint, de camino a la plaza de Cort, lo que da a entender que esta poderosa familia, nada más llegar a la Isla, ya debía disponer de otra posesión más cercana al Born para dedicarla a estos fines mineros.
Uno de los Canut emitió a mediados del siglo XIX los efectos para que a George Sand y a Chopin no les faltara dinero fresco cuando estuvieron invernando en Mallorca; otro Canut fue el primero que se trajo un velocípedo a nuestra Isla desde Marsella. Cuentan las crónicas que se lo enviaron a piezas, y que le costó mucho trabajo saber cómo montarlo, porque el paquete llegó sin las instrucciones debidas. En el plano de la mina de Es Born se aprecia, parece, que el mineral se subiría con tornos.
Recordemos que a finales del siglo XVIII, la tecnología minera la controlaban un grupo de expertos alemanes contratados por la Corona. Antoni Picazo, profesor de Historia Moderna de la UIB, señala que «da la impresión de que el asunto de hacer la mina quedó en agua de borrajas, hay que tener en cuenta que hubieran peligrado hasta los cimientos de la catedral».
Añadir que en Mallorca se buscó mucho el azogue o mercurio, vital para destilar la plata. Ramon Muntaner, a finales del siglo XVIII, hizo un inventario de todos los yacimientos posibles e imposibles de la Isla.
Por otra parte, un mallorquín ilustre vio las minas de azogue y de plata de América, fray Junípero Serra: había varias en torno a Querétaro y a su Sierra Gorda, donde fundó una docena de misiones, más las minas de plata de Zactecasy Guanajuato, que no andaban lejos.
¿Hay mercurio bajo Es Born? Chi lo sa.