El Ajuntament de Palma no saca nuevas licencias de taxi desde el año 1992, es decir, desde hace casi 30 años. Eso supone que durante todo este tiempo la única posibilidad de hacerse con una licencia de taxi en este municipio es heredarla o comprársela a algún propietario.
En Palma hay actualmente 1.246 licencias de taxi. El Consistorio tenía intención de sacar seis nuevas licencias, por un precio de 168.000 euros cada una, pero llegó la pandemia del coronavirus y con ella la grave crisis económica que ha afectado de lleno a este sector, como a tantos otros, por lo que ahora mismo este plan se ha aplazado y no existe una fecha de salida para estas licencias.
Por tanto, por ahora, las mencionadas serían las únicas opciones para los 228 aspirantes que dentro de una semana, el martes 27, se presentarán a las pruebas para la obtención del permiso municipal de taxista.
La mayor parte de las personas que se presentarán, no obstante, son conductores que esperan ser contratados por alguien que ya tiene la licencia, para poder así sacar el máximo partido al vehículo.
No se celebraba un examen de taxista desde el 4 de febrero del año 2020, pues las convocatorias previstas para junio de ese año y la de febrero de 2021 debieron ser aplazadas por cuestiones sanitarias.
Conocer el callejero
Y qué debe saber cualquier persona que quiera obtener el carnet de taxista. Básicamente, lo que se pone a prueba en el examen son los conocimientos sobre las calles de la ciudad, como es lógico. La prueba se divide en dos partes y si no se supera la primera ya no se puede acceder a la segunda.
En la primera parte, el aspirante a obtener el carnet de taxista debe demostrar sus habilidades en la utilización de la lista de las calles de Palma. Así, deberá localizar una serie de direcciones que se dictarán de viva voz e identificar el número de plano y el cuadrante en que está cada una de ellas, según aparece en la lista de calles editada por Edicions Cort.
A continuación, los presentados deberán responder a 60 preguntas tipo test sobre el reglamento vigente, la aplicación de las tarifas del taxi y la localización de centros de interés, de carácter oficial, sanitario, cultural, educativo, de hotelería y ocio, o con relevancia para el público en general.
Los que superen estas pruebas accederán a la segunda parte, en la que deberán enfrentarse a tres rutas o itinerarios, lo que implica el conocimiento en este caso de las vías principales de Palma, carreteras y autopistas, con su nomenclatura oficial, además de su interconexión y su sentido circulatorio.
También se requerirá saber dónde está el acceso principal para viandantes de centros de ocio, comercios, aeropuerto, puerto, teatros, bares o restaurante relevantes, cines, cementerios, hospitales, centros oficiales, monumentos emblemáticos o instalaciones deportivas.
Que el examen no es especialmente fácil lo demuestra el hecho de que entre el año 2011 y el 2018, el último para el que hay estadística, en siete de las ocho ocasiones el porcentaje de aprobados ha sido menor que el de suspendidos.
También en las pruebas celebradas en los últimos años siempre ha sido muy mayoritaria la presencia de hombres, siempre superior al 70 %. En concreto, en los exámenes del año 2018, hasta el 82 % de los presentados eran varones y un 63 % de los presentados suspendió.