En la segunda jornada de huelga de la EMT en Palma, que provocó más cansancio y enfado aún que el primer día entre los usuarios del transporte público, los trabajadores y la dirección de la empresa municipal tampoco consiguieron alcanzar un acuerdo que desconvoque la movilización, por lo que este miércoles volverán a salir a la calle apenas un tercio de los autobuses.
Tras otras cinco horas de reunión, ambas partes lograron «acercar posturas», pero solo «en los puntos más sencillos, aquellos que a la empresa no le cuesta nada, pero en los más importante para los trabajadores el conflicto sigue encallado», aseguró el portavoz del comité de empresa, Juan Antonio Salamanca.
Éste explicó que «hemos propuesto que para las medidas que ahora no se puedan llevar a cabo, como la restitución de líneas, la devolución de vacaciones o el fin de las jornadas irregulares, al menos que nos pongan unas fechas, pero no lo han aceptado».
Así, las cosas, este miércoles a primera hora los trabajadores celebrarán una asamblea y a las 10.30 horas se retomarán las negociaciones.
La dirección de la EMT, por su parte, destacó que ya hay acuerdo en 10 de los 16 puntos que los sindicatos reclaman.
Esto ocurrió por la tarde, después de que la reunión que había convocado por la mañana no se celebrase al negarse los sindicatos a sentarse por «una nueva vulneración de nuestros derechos constitucionales».
Alegaron los representantes de los trabajadores que la empresa se niega a darles el listado de las personas en servicios mínimos de todos los departamentos «para poder comprobar si se están cumpliendo», explicó el portavoz del comité de empresa.
Desconcierto
«Hay áreas, como administración, talleres e inspección, en las que no podemos saber si se están respetando los servicios mínimos pactados y nuestros abogados dicen que tenemos derecho a ver la relación de personas, pero la empresa sigue con su actitud prepotente y se niega», expuso Salamanca, quien anunció la presentación de una tercera demanda contra la empresa por vulneración derechos constitucionales. Las dos anteriores se presentaron por impedirles la empresa la entrada en las cocheras en días precedentes.
El presidente de la EMT y concejal de Mobilitat en el Ajuntament, Francesc Dalmau, admitió sentirse «desconcertado» ante la «negativa por sorpresa» de los sindicatos a negociar por la mañana «tras la reunión del día anterior en que se alcanzaron acuerdos en el 50 % de los puntos que reclaman».
Dalmau explicó que «nos piden un listado de nombres y apellidos de las personas que están en servicio mínimos», pero ante ello dejó claro que «la empresa, consciente de la protección de sus trabajadores y en cumplimiento de la ley de protección de datos, no puede aportar esta información de los empleados que han decidido formar parte de los servicios mínimos y no secundar la huelga». «No es momento de hacer listas negras», criticó.
El concejal socialista añadió que los sindicatos «saben perfectamente qué cantidad de personas están en servicios mínimos y eso no puede ser de ninguna de las maneras un motivo para no asistir a una reunión, no justifica en ningún caso que no haya servicio de transporte como toca en Palma, porque además es un tema totalmente ajeno a las reivindicaciones que estaban sobre la mesa y que habían motivado la huelga».
Volvió a insistir en que «esta huelga ahora no toca, es injusta e insolidaria con la ciudadanía en el contexto en que estamos, que no es comparable con ningún otro escenario».
Pese al aumento de la crispación a lo largo de la mañana, los sindicatos reclamaron una nueva reunión por la tarde, que la empresa aceptó, pero en la que aún no se vio la luz.
La segunda jornada de huelga fue secundada por el 100 por cien de los trabajadores que no estaban en servicios mínimos, según el comité de huelga.
Los sindicatos reconocieron que los retrasos registrados fueron superiores a los del lunes y la razón esgrimida es que había y más gente esperando en las paradas debido a la vuelta al colegio que se está realizando de forma escalonada, por lo que cada día se suman más personas.
Las protestas de los usuarios van en aumento y la mayoría reclama que las dos partes lleguen cuanto antes a un acuerdo y se desconvoque la movilización.
Autobuses demasiado llenos, «hay gente que sube por detrás»
El exceso de aforo de los autobuses durante estos días de huelga está provocando la indignación de muchos usuarios ante el peligro de contagios del coronavirus. Desde el comité de huelga se denuncia que la falta de inspectores hace inviable controlar que no suba demasiada gente a los vehículos. «Como pasan pocos buses, aunque el conductor advierta de que ya no puede subir más gente, hay quien sube por la puerta de atrás y no es posible evitarlo», avisan fuentes del comité.