La Autoritat Portuària de Balears (APB) convocará un concurso público para adjudicar la concesión de la explanada de 68.000 metros cuadrados, ubicada al final del Moll Vell del puerto de Palma.
La decisión de Servicios Técnicos Portuarios (STP), filial del grupo IP3M propiedad del empresario Juan Antonio Riutort, de competir con Astilleros Mallorca ha obligado a la APB a tomar esta postura, al ser ya dos las empresas que compiten para la explotación de la explanada y el espejo de mar, que se encuentran en el denominado muelle de las gaviotas.
Astilleros Mallorca, mediante una concurrencia de proyectos, era la única empresa que había optado a la concesión de los 68.000 metros cuadrados, pero en el último día de plazo para presentar ofertas, el pasado 25 de junio, STP presentó su candidatura.
Desde la APB indicaron este martes: «Ahora no queda más remedio que convocar un concurso público, en el que analizarán profundidad los proyectos presentados por ambas empresas».
Las mismas fuentes indicaron que el único modelo industrial que cabe en el Moll Vell es el industrial, en concreto todo lo relacionado con el mantenimiento y reparación de buques y yates. Al mismo tiempo, dejaron entrever que en la actual coyuntura de libre mercado «el monopolio del mantenimiento de buques no lo puede tener nadie. No puede haber una predominancia en el mercado, por lo que ambas empresas están condenadas a entenderse».
Desde STP obviaron realizar cualquier tipo de declaración, lo mismo que Astilleros de Mallorca. Ambas empresas optaron por la prudencia para evitar mal interpretaciones y entorpecer en la resolución que adopte el consejo de administración de la APB.
Astilleros Mallorca presentó su oferta a la concesión de los 60.000 metros cuadrados por requerimiento propio de la Autoritat Portuària de Balears y del Ajuntament de Palma.
Desde Astilleros Mallorca indicaron en su día que les propusieron dejar su actual ubicación para construir en dicho espacio un museo mar, así como otros proyectos.
Gestión
En la concesión de la explanada del Moll Vell se habían interesado antes de que se decretase el estado de alarma, a mediados de marzo pasado, un grupo de pequeños empresarios.
La postura de STP fue anunciada estos días a través de la revista Gaceta Náutica, pillando de sorpresa a todas las partes implicadas.
Al mismo tiempo, la APB tendrá que dilucidar por qué modelo opta: el de responsabilidad centralizada de Astilleros de Mallorca o, en su caso, del sistema de varadero abierto que actualmente realiza STP en la zona próxima al bar Varadero. El área técnica que tiene en concesión es de 130.000 m2, de los cuales 86.000 son de superficie en tierra.
Curiosamente, STP suele ceder espacio en su explanada y espejo de mar a Astilleros Mallorca para que pueda cumplimentar pedidos de mayor envergadura.
La actividad de ambas empresas quedó paralizada durante varias semanas del mes de abril, dentro de la estrategia del Gobierno para evitar la expansión del coronavirus. Esta paralización industrial de sectores no esenciales provocó una merma productiva y de ingresos en el sector de la reparación de embarcaciones al quedar paralizados todos los trabajos. Durante estos últimos meses se ha reactivado la producción y el cumplimiento de los contratos de entrega.
Un sector que factura en el puerto de Palma más de 300 millones de euros
La reparación de buques en el puerto registró el pasado año un récord de actividad, de creación de empleo y de facturación.
El volumen de negocio creció más de un 8 % respecto a 2018, superándose con creces los 300 millones. Las dos principales empresas que realizan este tipo de mantenimiento de yates y todo tipo de barcos, Servicios Técnicos Portuarios (STP) y Astilleros Mallorca, superaron todas sus previsiones de actividad y han reforzado y consolidado su liderazgo a nivel mundial. La APB señala que esta actividad industrial «es puntera a nivel mundial, de ahí el objetivo de potenciarla».