Reunimos en la Plaça del Mercat de Palma a empresarios de la zona (de dicha plaza, calles Unión y San Nicolás, y otras de alrededor), que se han visto afectados por la peatonalización de la misma, hecha de la noche a la mañana y sin avisar, «pues nos enteramos a través de la prensa», y también sin plan, «y sin dinero para ponerlo en marcha». Ni que decir tiene, que están enfadados –y preocupados– por lo que la medida en si entraña, que afecta a sus clientes y, por ende, a su propia economía.
«Las ventas han bajado»
Pep Lluís Iglesias, dueño de la floristería, califica este cierre de «drástico», por lo cual «se ha quedado bloqueado todo el comercio, lo cual ha originado un pinchazo bastante grande, puesto que las ventas han bajado considerablemente, lo que ha hecho que algunos comerciantes hayan cerrado y otros tendrán que despedir gente. Por otra parte, nos sorprende, y nos molesta, que el Ajuntament haya actuado de forma unilateral, sin consultar a nadie. No es que estemos en contra de la peatonalización –subraya–, pero sí de la forma e en cómo se ha hecho: sin un plan, ni dotación económica».
«Las cosas no se hacen así»
Carolina Domingo, vicepresidenta de Pimeco y presidenta de la Asociación de Comerciantes del Passeig del Born, señala que «estamos sufriendo las medidas que ha tomado el Ajuntament, cortando la circulación en estas calles, sin proyecto previo, lo que se ha traducido en que, desde que el pasado día 9, cortaran la calle Unión, hayamos notado que las cajas han bajado en un 50 %, por lo cual no es fácil continuar. Por ello, pedimos que vuelvan a abrir las calles, sobre todo en invierno, que es cuando vivimos del residente. Y estas medidas hacen que nuestros clientes no puedan llegar hasta aquí. Tampoco entendemos cómo el Ajuntament ha tomado unas medidas sin tener un proyecto, lo cual nos confirmó la semana pasada el señor Dalmau, en una reunión que tuvimos en Pimeco.
Ni proyecto, ni dinero para poder ejecutarlo. Y así las cosas no se hacen, ya que están jugando con nuestro pan y con el de las familias que tenemos contratadas en nuestros negocios. Por otra parte, ¿qué queremos, un centro de ciudad muerto, al que no venga nadie...? Porque no olvidemos que quien da vida a las calles es el pequeño comercio, y abrir su barrera a diario cuesta mucho. Por ello, antes de tomar una decisión de estas características, pido por favor que midan las consecuencias. ¡Ah! Y por supuesto que estamos de acuerdo con que las ciudades sean cada vez más sostenibles, pero siempre con un proyecto y alternativas, con más paradas de autobuses, cosa que aquí no se ha hecho. Por eso, pedimos que echen atrás esta medida hasta que tengan un proyecto y dinero que lo respalde».
Decisión dictatorial
Por último, Piluca Osaba, de la boutique del mismo nombre, insiste en que «no estamos en contra de la peatonalización, ni de la congestión en los centros urbanos, pero sí estamos de acuerdo en que este proyecto se ha hecho de forma dictatorial, pues el 9, estando en campaña de Navidad, y sin contar con los comerciantes, se decide cerrar de forma drástica. Mientras tanto, se anuncia en televisión una campaña a favor del pequeño y mediano comercio... Por ello, creemos que esta decisión se tendría que haber tomado de forma consensuada, con un plan presentado, publicitado y respaldado por un dinero para ejecutarlo de forma ordenada, y de acuerdo al modelo europeo».