La Federació d'Associacions de Veïns de Palma (FAAVV) alerta de que el proyecto de remodelación del aeropuerto de Palma que prepara AENA «es una tapadera para desarrollar un macro proyecto de ampliación», algo a lo que se opone rotundamente.
Pese a que el organismo estatal declara que no está previsto ampliar la capacidad de Son Sant Joan, el presidente de la Federación, Joan Forteza, insiste en que «este proyecto es la planificación previa para la ampliación del número de vuelos, que desde AENA se enmascara como una mejora de las instalaciones, pues con el soporte de la estructura urbanística se podrán asumir más entradas y salidas».
«La estrategia siempre es la misma –explica Forteza–, ante un proyecto inicial de supuesta mejora de las instalaciones que cuenta con todos los informes preceptivos después se realiza una modificación y ahí es dónde está el truco, donde corremos el peligro, pues la modificación no requiere nuevos informes y se mira con mucho menos detalle. Así se nos han colado muchas cosas en materia de urbanismo».
La Federació recuerda que en 2019 el aeropuerto de Palma registró más de 220.000 vuelos y más de 200 millones de euros de beneficio, «que nosotros no vemos», y más de 60 millones en tasas aeroportuarias y medioambientales, «que tampoco se invierten en la zona de afección aeroportuaria». Todo eso, añade, «acompañado de una contaminación atmosférica y acústica fuera de todo control que afecta sobre todo a los barrios de su entorno: Can Pastilla, Son Gual, el Molinar, Son Ferriol, s'Aranjassa, Sa Casa Blanca y muy especialmente Sant Jordi y es Coll d'en Rabassa; «más de 60.000 personas afectadas directamente».
La FAAVV exige a Cort una declaración de rechazo.
Solo se ha cumplido en un 40 % el plan de insonorización
La Federació denuncia que Enaire (el gestor de la navegación aérea en España) «solo ha cumplido en un 40 % el proyecto de insonorización de las viviendas» de los barrios más cercanos al aeropuerto «al que está obligado por ley». Este proyecto, recuerda Forteza, «comenzó en 2004 y acaba precisamente este año». Son Sant Joan, lamenta, «es un perfecto anfitrión para un modelo de turismo insostenible».