Con puntualidad británica tomaba el escenario uno de los nuevos cachorros de la electrónica: Super Agente 86, alias de Rosa Caras, una andaluza establecida en la isla que destaca en la liga del house y demás progresiones electrónicas. La relevó Raisol, de Safari Club, un colectivo especializado en el insomnio reinante en la noche mallorquina. Sa Feixina lucía semi vacía, con una atmósfera deslucida por la lluvia. Dichosa lluvia, cada año la misma historia.
El siguiente en subirse al escenario debía ser Derrick Carter, un solicitadísimo DJ nacido y criado en los suburbios de Chicago, experto en ritmos oscuros e intelectualizados. Pero la cabina de Sa Feixina, persistentemente azotada por el viento y la lluvia, se había convertido en una trampa para los artistas, que corrían el riesgo de llevarse un serio calambrazo, de modo que la plaza y el resto de actuaciones previstas fueron canceladas. Y nos quedamos sin el house expansivo de uno de los primeros espadas del género.
Quedaban tres personas torrando, ni una más, apuraron su cigarrillo y desaparecieron. La lluvia no solo nos privó de Carter, tampoco pudimos bailar a The Southnormales, un proyecto conformado por los mallorquines Frann Delice y Capitán Pólipo, con una brillante hoja de servicios en lo que a domar caderas se refiere. Sa Feixina bajaba el telón en una noche que pedía cama, con acompañante, a ser posible.