Se ofrecen dos pisos en dos ubicaciones privilegiadas de Palma en los que todo el mundo querría vivir. Con dos habitaciones, dos cuartos de baño, balcón y ascensor. Ciento diez metros cuadrados de obra casi nueva con las mejores calidades «de lujo» y en dos de los barrios más acomodados de la capital balear. Esos dos golosos pisos eran la oferta de alquiler más barata de un conocido portal inmobiliario consultado por miles de usuarios cada día, ávidos de encontrar un techo bajo el que vivir y de poder pagarlo.
No obstante algo fallaba. Contaban con un precio bajo, unos 500 euros, una cifra muy por debajo de lo que impone el mercado. También contaban con dos descripciones idénticas y el mensaje de que urge darles salida. ¿Sospechoso? Pues hay más. Las fotografías que mostraban los distintos espacios de la vivienda también eran iguales. No similares, eran las mismas. Se aseguraba que el precio del alquiler había bajado más de un 30 por ciento y el anunciante era una inmobiliaria radicada en Córdoba. Aquí, las pruebas.
La oferta, visible en el portal inmobiliario durante horas y por la que cientos de futuribles inquilinos se han interesado prometía «trato directo con el dueño a través de un correo electrónico. ¡No pierda esta oportunidad y visítelo!», sentenciaba el gancho comercial final.
Este lunes los inmuebles han sido dados de baja del portal por «posible fraude». Los responsables comunican que «el equipo de calidad ha detectado que este anuncio es sospechoso y su información no es fiable».
No hay mucha más explicación, tan solo que «aunque la agencia existe y comercializa inmuebles un tercero con el que no guarda ningún tipo de relación ha accedido de manera fraudulenta a su cuenta de correo» falseando la información y usándola, supuestamente, para fines espurios.
Ante ello aportan dos consejos básicos: «no mantener comunicación alguna» y «no enviar dinero a modo de reserva» bajo ningún concepto.
Se trata a todas luces de una buena noticia, pues demuestra que los sistemas de filtro para prevenir fraudes funcionan. No obstante, y ante la posibilidad de que esto no siempre sea así, conviene tener claro que nuestro sentido común es el primer filtro de todos. Recuerden, nadie da duros a cuatro pesetas y lo que aparentemente es barato puede salirnos muy caro.