El administrador de la junta de propietarios de las galerías de la Plaça Major, Bartolomé Castañer, se mostró este martes muy indignado con el corte del agua de los locales y aseos por parte de Emaya, justo el día en que hizo entrega de la llave comunitaria que el concejal de Participació Ciutadana i Govern Interior, Alberto Jarabo, les exigía como paso previo a cualquier negociación. Castañer reconoció que «debemos 6.000 euros a Emaya, pero porque Cort ha dejado de pagar sus gastos comunitarios, incluido éste».
El corte de agua afectó sobre todo a la peluquería, la barbería y al supermercado de las galerías, cuyos dueños y trabajadores se mostraron muy preocupados.
El administrador se personó este martes en Cort y fue atendido por la jefa del servicio de Patrimoni, Joana Maria Palou, a la que hizo entrega de la única llave comunitaria de que disponen, la del cuarto de los contadores generales de Gesa y Emaya de las galerías. La llave fue entregada junto a un documento en el que se especifica que es la única llave comunitaria, ya que no existen llaves de acceso a las galerías, pues las puertas metálicas que hay se cierran por dentro y por medios manuales. Tampoco existe una llave de las escaleras, solo las tiene la empresa de mantenimiento.
En el escrito se volvió a reclamar a Jarabo una reunión a fin de comenzar a buscar una solución que resuelva los problemas y la quiebra económica que sufren los propietarios desde que el Ajuntament ha dejado de pagar su parte de los gastos comunitarios.
Castañer recordó, además, que este jueves deber personarse en el TAMIB por la denuncia de la trabajadora que hasta ahora se encargaba de la limpieza, a la que se debe un mes de trabajo.
Los vecinos de la Plaça Major están preocupados porque las escaleras mecánicas han dejado de funcionar y la suciedad se acumula en las galerías.
Informe jurídico
La comunidad de propietarios recuerda que hace ya varias semanas que remitió al Ajuntament, sin respuesta alguna, un burofax solicitando que se les remita el informe jurídico en el que Cort se apoya para dar por disuelta la comunidad y para haber dejado de pagar su parte de los gastos comunitarios. Los propietarios no entienden la actitud del Consistorio, pero insisten en que «queremos llegar a un acuerdo».