Los vecinos de la Plaça Major temen que se produzca un incremento de la inseguridad y de los problemas de accesibilidad tras la salida de los comerciantes que tenían alquilados los locales en concesión de las galerías, que desde el pasado 12 de septiembre vuelven a ser gestionados por el Consistorio. Los residentes están muy preocupados por si deja de haber vigilancia nocturna, ya que la pagaban los comerciantes. De producirse esto, creen que las galerías se convertirán en un «nido de delincuentes» y «se llenarán de vendedores ambulantes».
Además, están especialmente alarmados porque dejen de funcionar las escaleras mecánicas, que comunican la parte alta del centro de la ciudad con la baja. Los vecinos argumentan que en los pisos de la Plaça Major viven principalmente personas de edad avanzada, muchas de ellas con importantes problemas de movilidad. Por tanto, temen que si las escaleras dejan de funcionar no podrán salir a la calle, debido a los problemas de accesibilidad.
En relación a este asunto, son especialmente críticos con el Pacte, ya que una de las residentes en la Plaça Major con graves problemas de accesibilidad solicitó una reunión con el alcalde en 2016 y aún no la ha recibido.
Los residentes en esta zona y propietarios de los locales de las galerías comerciales exigen al Consistorio que asuma los más de 300.000 euros de deuda que han dejado los inquilinos y argumentan que los propietarios son los que tienen que hacerse cargo de los pagos de la comunidad y reclamarlos a los concesionarios o inquilinos si los hay.
Sin embargo, los informes del Ajuntament determinan que el Consistorio no debe pagar nada y aseguran que tiene que recibir los 53 locales de las galerías que son de su propiedad libres de cargas.
En relación a las otras preocupaciones de los vecinos, el regidor de Govern Interior, Alberto Jarabo, aseguró que se mantendrá la seguridad nocturna, al igual que hasta la fecha. Por otra parte, otras fuentes municipales informaron que Cort se encargará de la limpieza de las galerías y explicaron que las escaleras seguirán funcionando. Creen que los vecinos deben ver como «una oportunidad» que Cort asuma la gestión de sus locales.