El Ayuntamiento de Palma tenía previsto inaugurar y abrir al público el bosque urbano de Palma en el antiguo canódromo este verano, pero finalmente una serie de modificaciones en el proyecto han provocado que las obras no vayan a estar acabadas hasta finales de septiembre, con lo que la inauguración ya no será posible antes del otoño. Además, estos cambios han incrementado en 110.000 euros el coste final de la obra, que iba a costar 850.000 € según el proyecto licitado. Así, el coste final será de 966.000 €. La regidora de Urbanismo, Neus Truyol, explicó este martes, no obstante, que este precio sigue siendo un 18 % inferior al presupuesto inicial del Ayuntamiento, que era de 1.175.000 euros.
Los dos motivos principales que han obligado al Consistorio a modificar el proyecto, explicó Truyol, son, por un lado, los imprevistos encontrados respecto al subsuelo de este espacio. Recordó que el espacio formaba parte del antiguo cauce de Sa Riera y que, por tanto, «ha acumulado durante siglos los sedimentos fluviales en todo su recorrido, por lo que se trata de un terreno con materiales muy heterogéneos».
La segunda de las razones, dijo la edil, es la intención de incluir en el proyecto los conclusiones del proceso participativo realizado entre los alumnos de los institutos Ramón Llull y Joan Alcover. De esta forma se recogerán algunas de sus propuestas, como que la zona de juegos incluya una tirolina y que los juegos sean completamente adaptados.
Añadió que una parte de las modificaciones del proyecto se ha realizado por cuestiones de seguridad, como la necesidad de reforzar una serie de muros, tanto perimetrales como de otras partes, «que se esperaba que estuvieran en mejores condiciones de como se ha visto que estaban realmente».
También se han debido mejorar los materiales del aglomerado de la antigua pista del canódromo. Truyol detalló que «durante las obras se ha utilizado maquinaria pesada que ha supuesto una cierta degradación de la pista y se ha tenido que restaurar».
Por otro lado, la responsable municipal también explicó que «se han encontrado más restos de obras antiguas en las excavaciones de las que se esperaban, eso supone que había en el subsuelo más material de marés y hormigón antiguo». Ante ello, añadió, «se ha optado por reutilizarlo e integrarlo dentro de la misma obra».
Ha sido necesario también, según la edil, realizar alguna modificación en relación a la restauración de la acequia. «Se han encontrado una serie de imprevistos que ha motivado que fueran necesarias algunas modificaciones sobre el proyecto inicial». De la misma forma, se han hecho cambios para el que el bosque urbano pueda estar regado con agua regenerada.