El concejal de Participació Ciutadana i Govern Interior, Alberto Jarabo, aseguró este miércoles que el Ajuntament no tiene intención de modificar la ordenanza de terrazas de Palma y menos a corto plazo. Tan solo se comprometió a «evaluar las consecuencias de su aplicación en determinadas zonas, pero con la intención de mantener la ordenanza y aplicarla». Eso implica, añadió el edil, que «tenemos que escuchar a todas las partes afectadas», en especial a restauradores y vecinos.
No del todo satisfecho con estas declaraciones, el presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, Joan Forteza, advirtió de que «los derechos vecinales son intocables y no vamos a consentir que se modifique ni una coma de la actual ordenanza, que ya no cumple todas las que eran nuestras expectativas». La Federació avisa de que recurrirá a la Justicia si es preciso pues los vecinos afectados por el ruido de las terrazas «están literalmente desesperados».
Tras la reunión mantenida el martes entre el alcalde, José Hila, Jarabo y los representantes de los empresarios de restauración de Santa Catalina y sa Llonja, el concejal aclaró que «de momento lo que hacemos es recoger cómo se está aplicando la ordenanza, dialogando con todos los sectores implicados, pero sin concretar ninguna solución. Con el tiempo se verá si puede hacerse alguna mejora o modificación puntual, pero no estamos en este punto, quiero que quede claro». Insistió en que «tenemos una ordenanza y hay que aplicarla».
Afirmó que «me consta que se está aplicando, no hay recursos para controlar su aplicación por todas partes, pero donde va la inspección se está aplicando». En este sentido, Forteza le reclamó al concejal que «empiecen por el punto cero de Palma, pues la terraza del Hotel Mamá incumple la ordenanza en varios aspectos».
Sobre s'Escorxador, Jarabo admitió que «no nos han llegado quejas directas» y que pese a ser un caso distinto, al estar las terrazas en un espacio cerrado, la ordenanza afecta a toda Palma.