Los vecinos del inmueble que el sábado tuvo que ser desalojado y precintado por los Bombers tras la fuga de agua registrada por la rotura de una tubería en la Plaça Fortí pudieron regresar este lunes a sus casas, si bien por la mañana aún carecían del suministro de luz y agua. Tras comprobar los destrozos causados por el agua en el garaje los propietarios estudiarán reclamar tanto a Emaya como a los promotores de la obra que se desarrolla en el solar adyacente, según fuentes de la administradora del edificio.
Cort informó poco pasadas las 10.30 horas de que los residentes en el número 15 de la calle Simó Ballester ya podían volver a sus viviendas después de que los técnicos de Urbanisme visitaran el inmueble y decidieran retirar el precinto.
Los vecinos fueron llegando a lo largo de la mañana a un portal custodiado por un Policía Local, que les informaba de que podían subir y comprobar el estado de sus viviendas.
La administradora de la comunidad de vecinos, conformada por unas 14 viviendas, reclamó enseguida los suministros de luz y agua, que se restablecieron a lo largo de la jornada.
La peor parte se la llevó el garaje de la finca, por donde entró muchísima agua procedente de la obra de al lado, afectando a coches y varias motos aparcadas, alguna de las cuales «están para tirar», según un vecino de la finca.
El propietario explicó que durante las excavaciones en este solar «hicieron un agujero en el garaje, poco después lo tapiaron pero no reforzaron la pared». Añadió que como consecuencia de la inundación sufrida el sábado el foso realizado en ese solar para construir se fue llenando de agua hasta que la pared que habían levantado cedió y el agua filtró al interior del párking, inundándolo varios metros. Según los Bombers, la presión del agua contra la pared fue de 2.000 kilos por metro cuadrado.
Por todo ello, en unos días se celebrará una junta de propietarios en la que se estudiará reclamar tanto a la obra como a Emaya.
No hay afectación
Los técnicos de Urbanisme del Ajuntament de Palma visitaron a primera hora de este lunes el inmueble afectado y poco después tomaron la decisión de retirar el precinto al comprobar el estado del edificio y no detectar ni peligros ni afectaciones en la zona. Los vecinos ya habían denunciado los problemas provocados por la obra de al lado.