Cort comenzó este viernes a precintar el bloque VIII de ‘Corea' «por el grave estado de peligro que representa su falta de estabilidad para la integridad física de las personas». Además, señala en una nota informativa que «acceder al mismo está terminantemente prohibido» y advierte que desobedecer esto puede incurrir en un delito «sancionable con pena de prisión de seis meses a un año». Sin embargo, en el inmueble viven cuatro familias de okupas que se niegan a abandonarlo hasta que les asignen una vivienda pública.
Mientras tanto, el Ajuntament comenzó ayer a adoptar las medidas cautelares ordenadas por el departamento municipal de Disciplina Urbanística. En concreto, se instalaron barreras de hormigón alrededor del inmueble. Fuentes municipales precisaron que es el paso previo para proceder al vallado del edificio, con la finalidad de evitar que nadie pase cerca para evitar daños en el caso de que se derrumbase.
Sin embargo, la instalación de bloques de hormigón causó molestias a los vecinos. Ramón Fernández, presidente de una de las comunidades de vecinos de ‘Corea', explicó que en una parte han dejado muy poco espacio en la vía pública para la circulación de vehículos.