Las fiestas de Sant Sebastià 2019 se despidieron con fuego, humo, mucho ruido y olor a pólvora. Seis colles que aglutinaban a 219 dimonis dirigidos por 35 RGCRE (Responsable de Grupo de Consumidor Reconocido como Experto) fueron los protagonistas de un recorrido que fue el mismo del año pasado: desde el puente de sa Riera, ubicado entre el Passeig Mallorca y Jaume III, hasta la Plaça Joan Carles I.
Las seis colles participantes fueron: Trabucats, Es Cau des Boc Negre, Endimoniats, Kinfumfà, Enfocats y Realment Cremats. Esta última estrenó s'Òliba de la Real, su bestia de fuego, que participó de la fiesta junto al Drac de Sant Jordi y el Drac de na Coca, del Ajuntament de Palma. Los dragones ‘quemaron' en la Plaça Joan Carles I, mientras que la lechuza, que cerró la comitiva, hizo todo el recorrido efectuado por los dimonis. Cada colla salió con un intervalo de ocho minutos entre una y otra y el desfile empezó con unos 20 minutos de retraso.
Unas 32.000 personas, según fuentes de la Policía Local, vieron el espectáculo in situ. Por los apenas 450 metros de recorrido desfilaron, además de los dimonis y los responsables de cada colla, 28 personas de apoyo. El ruido, además de por la explosión de la pólvora, lo provocaron seis batucadas, una por cada colla, que juntaron a casi 170 timbaleros.
En total, se quemaron 197,15 kilos de material pirotécnico, distribuido en 1.245 unidades de fuentes y carretilla, 524 unidades de neukens, 12 botel de humo, seis cortinas de espiras y 20 tiras de cracker.
La gran mayoría de quienes se quisieron acercar mucho al fuego siguieron las recomendaciones del Ajuntament de Palma y de los responsables de las colles, y se pusieron ropas de algodón y se taparon la cara y el cabello lo máximo posible. También la mayoría respetó a los dimonis.
Cada colla, que empezó su espectáculo tras traspasar una cortina de luz y fuego, tardó unos 40 minutos en completar el recorrido, y cuando todas estuvieron en la Plaça Joan Carles I se produjo el baile con los dracs de Sant Jordi, na Coca y s'Olibà.
Respecto a la edición del año pasado, participaron tres colles de dimonis menos y la carga pirotécnica fue también más baja, ya que se pasó de los 224,6 kilos de 2018 a los algo más de 197 de ayer. Al ser menor el número de colles, también fue más bajo el número de dimonis (254 de este año por los 276 de 2018). Sin embargo, apenas perdió espectacularidad el evento, que se ha convertido en uno de los favoritos de las fiestas de Sant Sebastià.
Atendiendo a las cifras de la Policía Local, ha resultado curioso que haya sido más numerosa la participación ciudadana en el Correfoc que en la Revetla, cifrada en 30.600 espectadores.