Emaya insta a los propietarios de la viviendas de Palma a separar las pluviales con la finalidad de evitar vertidos, ya que al no ir a la depuradora la aguas procedentes de la lluvia se evitarían muchos de los vertidos que se producen cuando llueve de forma intensa.
La separación de las pluviales es obligatoria en Ciutat desde al año 1998, cuando se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que aún está en vigor. Sin embargo, muchas de las viviendas de la capital balear son anteriores a esa fecha y la gran mayoría no tienen las pluviales separadas. Por ello, Emaya ha iniciado una campaña informativa, aprovechando las obras de renovación de la red de agua potable y alcantarillado que está realizando en la zona de la plaza de Toros.
Ayuda
Desde la empresa municipal recuerdan que las obras para separar las pluviales le corresponde hacerlas a los propietarios de los inmuebles, pero les está ayudando a realizar los proyectos, siempre que los afectados lo consideran oportuno. Hasta la fecha se han realizado 16 entrevistas con comunidades de propietarios y la mitad han manifestado interés en realizar la obra. En concreto, Emaya entrega un proyecto de reforma interior de los edificios para separar las aguas de los edificios afectados y les informa de la estimación económica de las obras que se deberán realizar en el interior de sus inmuebles. De media, la separación de las pluviales cuesta entre 500 y 1.000 euros por propietario.
La presidenta de Emaya, Neus Truyol, recuerda la importancia de este proyecto, ya que al separar las aguas de lluvias de las residuales se lograría reducir de forma considerable la cantidad de agua que va a la depuradora cuando llueve. Cabe recordar, que la depuradora del Coll tiene problemas de capacidad, ya que se ha quedado obsoleta y cuando las precipitaciones son importantes hay vertidos al mar, que obligan a cerrar las playa de Ciutat Jardí y Can Pere Antoni. De hecho, este verano ha ondeado la bandera roja con frecuencia en estas playas. «La separación de las pluviales es muy importante para evitar la saturación de las depuradoras y reducir los vertidos al mar», concluye Truyol.