La Asociación Es Refugi alerta del aumento del número de personas que piden apoyo a la entidad, debido al incremento del precio del alquiler. La mayoría de los usuarios que la asociación atiende, tanto en el comedor social como en el centro de acogida, son parados de larga duración y mayores de 45 años, que han acabado las prestaciones sociales y si las tienen, cobran menos de 450 euros, por lo que no pueden ni alquilar una habitación. Este hecho ha provocado que actualmente el centro de acogida de Es Refugi tenga una lista de espera de casi dos meses.
A lo largo del 2017, Es Refugi atendió 108 personas, que se vieron irremediablemente abocadas a pedir ayuda a la entidad para cubrir sus necesidades básicas como puede ser el alojamiento o alimentación. El 90 % de las personas atendidas por la asociación no tienen vínculos familiares y si los tienen, están muy deteriorados. El grueso son hombres sin pareja, separados o divorciados. Y es que una situación de marginación provoca que sea muy difícil mantener las relaciones familiares y en este sentido, la familia se configura como un elemento fundamental para evitar la exclusión social.
La asociación alerta sobre la cronificación de la pobreza. Aunque el mercado laboral se ha recuperado, no todas las personas tienen las mismas oportunidades. Estar un tiempo sin trabajar disminuye las opciones de conseguir otro trabajo pero si además, se añade el factor de la edad, las posibilidades de encontrar son aún menores. En este sentido, Es Refugi quiere llamar la atención sobre el colectivo de las personas mayores de 55 años, que suponen un 52 % en el centro de acogida y un 38 % en el comedor social.