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Pena máxima de 30 años a dos etarras por el crimen del periodista Lacalle ante su falta de disculpas

Aitor Agirrebarrena, en el momento de ser extraditado desde Francia. | Efe

| Madrid |

La Audiencia Nacional ha impuesto la pena máxima, 30 años de cárcel, para los exmiembros de ETA Asier Arzalluz y Aitor Aguirrebarrena, tras admitir su participación en el crimen del periodista José Luis López de Lacalle en Andoain (Guipúzcoa), el 7 de mayo de 2000, pero no haber mostrado arrepentimiento alguno.

La sección segunda de lo Penal tiene en cuenta que ambos reconocieron los hechos, pero subraya en su sentencia que dicho reconocimiento llegó 22 años después del atentado y «no ha venido acompañado de ningún signo de arrepentimiento o de disculpa para con las víctimas del asesinato». Y eso, dice el tribunal, «no puede servir» para valorar imponer una pena inferior a la máxima contemplada en el Código Penal, 30 años de cárcel por un delito de terrorismo de causación dolosa de muerte con la agravante de alevosía, cuatro más de los que pedía la Fiscalía y los mismos que solicitaba la acusación particular ejercida por la familia de la víctima.

En su sentencia, adelantada por la prensa nacional, los magistrados consideran que deben sentenciarles a la misma pena que ya fue impuesta para los dos exjefes de ETA implicados en este asesinato: Javier García Gaztelu, Txapote, y José Ignacio Guridi Lasa. En su caso, Arzalluz y Agirrebarrena, que llevan años en prisión -algunos cumplidos en Francia-, fueron juzgados en la Audiencia Nacional el pasado mes de noviembre.

Como han hecho otros exmiembros de ETA que tienen la pena máxima acumulada tras varias condenas, reconocieron haber participado en el asesinato del periodista. Ya lo habían hecho un año antes ante la jueza de instrucción María Tardón, después de que Francia, donde Aguirrebarrena fue detenido en 2002, autorizara que fuese juzgado en España por estos hechos. Además de la pena de prisión, la Audiencia les prohíbe aproximarse durante cinco años a la viuda y los dos hijos de la víctima desde su puesta en libertad y les impone que les indemnicen con 300.506 euros. La sentencia declara probado que, como dirigente del aparato militar de ETA hasta su detención en Francia, el 22 de febrero de 2001, Txapote captó a Guridi Lasa para que este a su vez captara a otras personas y constituyera el comando Totto.

Txapote, dice la resolución, ordenó diversos objetivos; el primero, asesinar al periodista López de Lacalle, y los miembros del comando averiguaron su domicilio y realizaron viligancias. Tras intentar cometer el crimen hasta en tres ocasiones, el 7 de mayo de 2009, en la localidad de Andoain, los miembros del comando esperaron a que saliera de su portal. Por contra, vieron que a esa hora regresaba al domicilio, por lo que Guridi Lasa se acercó a él para asegurarse de que se trataba del periodista y, una vez comprobada su identidad, le disparó cuatro tiros, mientras Arzalluz vigilaba.

Después los dos huyeron en dirección al ambulatorio de la localidad, donde les esperaba Aguirrebarrena en un vehículo. El atentado fue reivindicado por ETA en un comunicado publicado en el periódico GARA el 11 de junio de 2000 y, subraya la sentencia, fue cometido «por ser la víctima un periodista que opinaba libremente y mantenía ideas propias y distintas a las de la organización terrorista ETA, tratando de silenciar y destruir la libertad de expresión constitucionalmente consagrada».

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