El exportavoz de Sumar en el Congreso Íñigo Errejón aparentó normalidad ante compañeros del grupo plurinacional hasta la mañana del mismo jueves, pese a que ya tenía abierta entonces una investigación interna por las denuncias contra él por presunto acoso y se le había exigido su renuncia por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la cúpula de Sumar tras admitir estos hechos. Este martes, varios cargos del socio minoritario del Ejecutivo confesaban que seguían en «shock» al revelarse los comportamientos supuestamente vejatorios y machistas, que propiciaron que se le exigiera que dejara su escaño tanto desde Sumar como Más Madrid.
Por ejemplo, fuentes del grupo indican que la mañana del jueves, antes de que se precipitaran los acontecimientos, estuvieron departiendo con Errejón sobre las cuestiones de la agenda parlamentaria y política. Y una vez que supieron por redes de su carta de dimisión, admiten que se «quedaron a cuadros» y que les provocó sorpresa tanto la noticia como la actitud que mantuvo el exdiputado. Hoy, el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, ha reconocido por ejemplo que él desconocía que había un procedimiento abierto contra Errejón por las acusaciones de su comportamiento con mujeres que circulaban en redes. Eso sí, ha indicado que lo correcto era que esa investigación se llevara con discreción por un reducido grupo de personas. De esta forma, ha señalado que él pese a colaborar estrechamente con Errejón, por motivo de sus respectivas funciones dentro del grupo plurinacional supo de la renuncia por el mensaje en redes del ya exportavoz. Y, de hecho, desveló que horas antes había estado departiendo con él, sin hablar de estos asuntos. Su compañera y diputada de Compromís, Águeda Micó, también ha admitido estar en estado de «estupefacción» por el caso de Errejón, puesto que no tenía constancia de denuncias y también supo de su salida de Sumar por su comunicado en redes. Incluso ha señalado que le escribió a su teléfono para preguntarle qué pasaba y su respuesta fue «ya hablaremos».
Según la cronología del caso, Más Madrid tuvo conocimiento de estas denuncias el lunes y ese día ya pidió explicaciones a Errejón, que reconoció la veracidad de las acusaciones contra él. Del lado de Sumar, el proceso de investigación interna se activó la tarde noche del martes y Díaz conversó con él para pedirle explicaciones el miércoles, ante lo cual Errejón volvió a reconocer los hechos. Luego se mantuvo otra conversación donde le avanzó que iba a exigirle el cese y el jueves se reunió la ejecutiva de Sumar por este motivo. Y cuando aún estaba reunida la dirección de Sumar, Errejón procedió a difundir un comunicado sobre su denuncia aludiendo a problemas de índole mental y afectivo, sin aludir a las acusaciones contra él. Un escrito que Sumar desaprobaba y que remitió también al partido.
A su vez, Errejón compareció el martes en rueda de prensa habitual tras la junta de portavoces y el miércoles por la tarde atendió a los medios en los pasillos del Congreso para valorar la comparecencia que había protagonizado la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez.
IU y Podemos reivindican sus marcas en medio del escándalo Errejón
IU y Podemos están aprovechando el caso de Íñigo Errejón para reivindicar sus marcas en medio del escándalo que sacude a toda la izquierda, pero principalmente a Sumar, el partido de Yolanda Díaz, tras las acusaciones de violencia sexual contra Íñigo Errejón. La dimisión del portavoz parlamentario de Sumar ha conmocionado a todos los partidos de izquierda, que reconocen la desafección que este asunto provoca en su electorado y avisan además de las posibles consecuencias que pueda tener en el Gobierno de coalición entre Sumar y el PSOE. Sin embargo, mientras Sumar trata de parar la hemorragia y otros partidos como los comunes optan por un perfil más discreto, IU y Podemos están sacando la cabeza en medio de esta situación crítica para marcar perfil propio.
Por un lado, el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, ha multiplicado sus entrevistas en medios de comunicación y su presencia en actos públicos con un mensaje muy claro: el caso de Errejón es una oportunidad para «darle la vuelta al calcetín» y hacer cambios profundos en el grupo Sumar, del que forma parte su formación, y en el propio espacio de la coalición. Su petición no es nueva, ya que lleva meses reclamando acabar con la «verticalidad» en la toma de decisiones por parte del partido de Yolanda Díaz, pero esta vez ha tenido efectos directos en Sumar, que ha aplazado la elección de su portavoz parlamentario sustituto de Errejón a la espera de una remodelación global del grupo. El propio Maíllo ha negado que IU trate de aprovechar el caso de Errejón para tener más poder en el espacio de Sumar, pero es evidente que su formación quiere dejar de ser un actor secundario y aspira al menos a una relación entre iguales en el grupo, del que también forman parte Compromís, los comunes, Más Madrid, la Chunta y Més per Mallorca, además del propio Movimiento Sumar.
Por su parte, Podemos, que dejó el grupo Sumar a finales de 2023 para pasar al Grupo Mixto, es consciente también del daño que puede hacerle el caso de Errejón, aunque subraya que el expolítico llevaba años desvinculado de la formación morada, de la que fue cofundador. Al igual que el resto de partidos de izquierdas, Podemos ha puesto el foco desde el primero momento en las víctimas de agresiones sexuales. Pero en medio del cruce de responsabilidades políticas por el caso de Errejón, Podemos ha apuntado directamente a la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, al informar de que le avisaron sobre un supuesto tocamiento del expolítico a una mujer durante un festival de música en Castellón denunciado en redes en junio de 2023, poco antes de las elecciones generales. Sumar no oculta su malestar con Podemos por este hecho, ya que la propia Yolanda Díaz criticó en su comparecencia el lunes que algunas formaciones políticas quieran «aprovechar este drama» para «sacar rédito político», en alusión implícita a la formación morada. Pero Podemos sigue con la determinación de proteger su imagen y hacer valer su marca, y este mismo martes su líder, Ione Belarra, ha defendido que las víctimas de violencia machista, «denuncien o no», tienen derecho a acompañamiento jurídico o psicológico, después de que Yolanda Díaz dijera que para que los protocolos se activen hay que denunciar.