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Elecciones europeas 2024

Israel y la inmigración acaparan la polémica de un debate a nueve sin propuestas

Los candidatos participan en un debate para las elecciones europeas que se celebra este jueves en las instalaciones de RTVE de Prado del Rey, en Madrid. | RTVE

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La relación de España con Israel y la inmigración han sido los temas que más polvareda han levantado en el debate organizado por RTVE entre los candidatos de las nueve formaciones con representación en el Parlamento Europeo y en el que no ha salido ninguna propuesta nueva. En este primer debate electoral plurilingüe, que ha costado a veces seguir por la traducción superpuesta, han participado los cabeza de lista del PSOE (Teresa Ribera), PP (Dolors Montserrat), Ciudadanos (Jordi Cañas), Vox (Jorge Buxadé), Sumar (Estrella Galán), Ahora Repúblicas (Diana Riba, ERC), Podemos (Irene Montero), y Coalición por una Europa Solidaria (Oihane Agirregoitia, PNV).

Por parte de Junts ha intervenido Aleix Sarri, en representación de Tomi Comín, que se encuentra huido de la Justicia y está haciendo la campaña desde Francia. Las cuestiones que han generado más discusión entre los candidatos han sido la guerra en Gaza y la inmigración, con la derivada del racismo, y los más peleones han sido Irene Montero y Jordi Cañas. Montero, que ha acudido ataviada con la kufiya (el tradicional pañuelo palestino), ha tratado desde el primer momento de centrar el debate en Palestina en el día en que España se ha sumado al procedimiento del Tribunal Internacional de Justicia contra Israel por el genocidio en Gaza.

Y ha intentado, sin éxito, llevar a la vicepresidenta a su terreno para que tildara de genocida a Benjamín Netanyahu. «No quiero contestar a esto», ha contestado Ribera. No ha tenido ningún recorrido el intento de Dolors Montserrat de introducir en el plató la citación judicial de la esposa del presidente Pedro Sánchez por un presunto delito de tráfico de influencias, una cuestión que ha mencionado la candidata del PP al principio del debate y apenas ha vuelto a salir en las dos horas de discusión, más allá de alguna acusación de señalar a los jueces.

Tampoco ha tenido mucho peso la amnistía, de la que el PP y Cs han hablado igualmente al comienzo, recurriendo a las consignas de la campaña, y sobre la que Junts ha aludido en alguna ocasión al recordar a «exiliados y represaliados». Uno de los choques de la noche lo ha protagonizado Montero con Buxadé, cuando le ha calificado de «fascista» y le ha dicho que Vox fue fundado con fondos de Irán y con apoyo de la oligarquía putinista.

La exministra de Igualdad se ha encarado también con el candidato de Ciudadanos, Jordi Cañas, al que ha acusado de hacerle «mansplaining» -hombres explicando cosas a las mujeres- cuando éste le exigía que al hablar de la guerra mencionase a Vladímir Putin, algo que ha hecho, asegurando que el presidente ruso es un «criminal». En el bloque sobre migración Buxadé ha sido el blanco de todas las críticas de la izquierda, especialmente de Montero, que le ha calificado de «racista» y a cambio ha sido acusada de «libera violadores».

También ha chocado Ribera con Monserrat al pedirle que se disculpe por los comentarios xenófobos del PP en campaña y que, a juicio de la socialista, acerca a los populares a Vox. Las dos grandes rivales en el mismo espacio político, Irene Montero (Podemos) y Estrella Galán (Sumar) prácticamente no han interactuado aunque sí han hecho causa común, por separado y con distinto tono, en la causa palestina y en temas de inmigración. El envío de armamento a Ucrania también ha generado diferencias, con Cañas calificando de «pensamiento Disney» la apuesta por la diplomacia y ERC defendiendo que «pensamiento Disney» es pensar que se conseguirá la paz solo enviando armas.

Por su parte, los partidos nacionalistas han mostrado su unidad en su apuesta común de que las lenguas cooficiales en España sean también oficiales en la Unión Europea. El debate ha mostrado además las diferencias respecto a la transición ecológica entre la izquierda, favorable al Pacto Verde, y la derecha de PP y Vox, que comparten sus críticas a las exigencias comunitarias a pescadores, ganaderos o agricultores, aunque chocan por su papel al respecto.

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