El debate abierto por las acampadas de estudiantes universitarios que piden un alto al fuego en Gaza llega este jueves a la Junta Rectora de la Conferencia de Rectores (CRUE), de la que se espera un pronunciamiento, y ha alcanzado también a los partidos políticos, de nuevo divididos.
Las acampadas, que siguen la estela de las universidades estadounidenses, arrancaron en la facultad de Filosofía de la Universitat de València, donde cumplen once días acampados, y se han extendido ya a campus de Barcelona, País Vasco, Navarra, Sevilla, Granada, Madrid o Alicante. Y todo apunta a que seguirán expandiéndose: este jueves, los universitarios de Málaga tienen previsto organizar su acampada en la Biblioteca General de la Universidad, mientras que los estudiantes de Cantabria están convocados a una asamblea abierta con los lemas «¡Paremos el genocidio a Palestina!» y «¡Palestina libre!».
Los alumnos movilizados acusan a Israel de «genocida», reclaman que cese su ataque sobre Gaza y exigen el fin de las relaciones diplomáticas, comerciales y culturales con este país. Estudiantes como los de Valencia piden además que sus universidades cesen los convenios y la colaboración con instituciones académicas de Israel y reconozcan al Estado palestino. Algunas universidades caminan ya en esa dirección. El claustro de la Universitat de Barcelona (UB) ha aprobado este miércoles por mayoría una moción para romper relaciones académicas con Israel, mientras que la Universidad de Granada quiere tratar esta posibilidad en su Consejo de Gobierno. Mientras tanto en Palma, se ha convocado una asamblea para la semana que viene.
Con estas reivindicaciones sobre la mesa se reúne la Junta Rectora de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), el órgano que reúne a la universidad española en su conjunto, y en el que centros como el de Granada buscarán un pronunciamiento común, según informó recientemente en un comunicado de prensa. Las protestas por la paz en Palestina han provocado ya choques en el terreno político. Los estudiantes recibieron desde el primer momento el respaldo del Gobierno, que ha pedido un alto al fuego y que próximamente aprobará el reconocimiento de Palestina como Estado.
En cambio, del PP han recibido críticas. El portavoz de este partido, Borja Sémper, dijo este miércoles que las acampadas están destinadas «contra Israel y a favor de Hamás» y que pretenden «señalar a un culpable en exclusiva, Israel, y salvar de toda culpabilidad a una organización terrorista y cruel como es Hamás». Los populares sostienen que es Hamás el que inició el conflicto al atacar Israel el 7 de octubre, aunque piden a este país «proteger a los inocentes palestinos que también sufren» a esta organización terrorista.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid no se ha posicionado respecto al fondo de las protestas, aunque sí ha pedido dejar a la universidad «al margen de la ideología», sacar «la política de las aulas» y no emplear estas instituciones «para hacer campaña a favor o en contra de una determinada posición o ideología». La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha salido en defensa de los estudiantes universitarios y ha pedido al PP que no les criminalice y «dejen de mentir, de inventar bulos, de desinforma» diciendo que los alumnos defienden a Hamás cuando «lo que están haciendo es defender la paz». Las protestas han recibido además el apoyo de otros ministros del Gobierno como el titular de Cultura, Ernest Urtasun, o la de Juventud, Sira Rego.