El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha asegurado este lunes que su propuesta de financiación para Cataluña persigue «un modelo singular como País Vasco y Navarra, ni más ni menos». Lo ha explicado en una conferencia para presentar la propuesta, en la que la consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, ha participado en un coloquio posterior, y que ha sido presentada por el decano del Colegio de Economistas de Cataluña, Carlos Puig de Travy.
Aragonès ha dicho que la voluntad es que la propuesta sea la base de una relación bilateral entre Gobierno-Generalitat y que la administración catalana recaude y gestione los impuestos generados en Cataluña. El presidente ha criticado que la idea de «una década perdida» en Cataluña se alimenta desde territorios competidores y ha defendido que no hay década perdida cuando la economía catalana es más fuerte que hace diez años.
«Es un mensaje de desconfianza que no se corresponde con la realidad, pero que se convierte en un peaje añadido en términos de reputación para el conjunto del tejido productivo», ha añadido. Ha afirmado que la confianza «viene más de fuera» y ha preguntado si un país en decadencia sería capaz de atraer inversiones como la de Lotte Energy en Mont-roig del Camp (Tarragona), Kronospan en Tortosa (Tarragona) o AstraZeneca en Barcelona.
Aragonès ha replicado a las voces que tildan de privilegio tener una financiación propia: les ha dicho que la voluntad es destinar los recursos captados en Cataluña a sus servicios públicos. «¿Acabar con el déficit fiscal? ¿Acabar con una situación injusta? Nunca es un privilegio, es una obligación, es una cuestión de justicia», ha defendido. Ha subrayado que este modelo se debe realizar en una negociación bilateral con el Estado, ya que «discutir en una mesa en que los otros decidan lo que debe hacer Cataluña» garantiza que el acuerdo no sea satisfactorio.
El presidente ha destacado que los servicios públicos catalanes «no deben depender de los barones socialistas o del Partido Popular». Preguntado por las diferencias con la propuesta que ya realizó el Govern en 2012 -cuando el presidente era Artur Mas-, ha respondido que es un contexto «muy diferente». Ha defendido que Cataluña tiene «la fuerza para que las propuestas que tienen un amplio consenso se puedan materializar», y ha puesto en valor la negociación y el diálogo con el Gobierno. Aragonès ha apuntado que en la actualidad hay «una ventana de oportunidad» que se debe aprovechar y que, si no se hace, se lamentará en los próximos años.
Natàlia Mas ha dicho que la economía catalana crece por encima del conjunto de España y la UE, pero que el déficit fiscal provoca que se destine menos porcentaje del PIB a sanidad o educación, y que sería necesario «inyectar» 3.800 millones de euros en educación y 10.000 en sanidad para alcanzar la media. La consellera ha lamentado que la Generalitat no reciba fondos de la recaudación del Impuesto de Sociedades, algo que considera una «anomalía» en el contexto internacional.