La productividad ha caído un 7,3 % en España desde el año 2000, una falta de avances que «frena el crecimiento del PIB por habitante y amplía la brecha con los países que sí mejoran la eficiencia».
De hecho, la distancia entre España y la UE-27 en renta por habitante ha crecido del 2,4 % en 2000 al 14,4 % en 2022, según el primer informe del Observatorio de Productividad y Competitividad en España (OPCE), elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y difundido este viernes.
Este indicador mide la eficiencia con la que las empresas utilizan el trabajo y el capital disponible -maquinaria, equipos, activos inmobiliarios, infraestructuras— para generar valor añadido, y según los datos «España sigue por debajo de la UE».
El documento señala que entre 2013 y 2019 se observó «un modesto cambio de tendencia positivo», con un incremento de la producción del 1,2 %, pero quedó «interrumpido» por la pandemia.
Los autores del informe insisten en la necesidad de adoptar iniciativas para reforzar cinco palancas directas de la productividad: la inversión productiva, el capital humano, la innovación y otros activos intangibles, la digitalización y la dinámica productiva de las empresas.