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Las letras del tesoro desatan la locura entre los pequeños inversores

En algunas sucursales del Banco de España se han formado colas muy importantes para poder hacerse con este producto

Sede del Banco de España en Madrid. | Wikimedia

| Palma |

Las letras del tesoro han desatado la locura entre los pequeños inversores y en muchas oficinas del Banco de España se están produciendo grandes colas para poder adquirirlas. Esto no ha sucedido en la sucursal de Baleares, según han confirmado desde la citada entidad. No obstante, sí han precisado que han detectado un incremento de la demanda, aunque no se han llegado a formar filas; especialmente llamativas han sido las de Madrid.

Las letras del tesoro son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta. Despiertan tanto interés porque ofrecen más rentabilidad que la mayoría de depósitos bancarios del mercado y son más seguros; se trata de una inversión muy conservadora, ya que casi no tienen riesgo. Luis García Langa, director de Corredordefondos.com, lo explica de una forma muy clara. «Es dejarle el dinero al Tesoro español a un plazo determinado, a cambio España paga un interés anual determinado que marcan los inversores en las subastas de deuda o en el mercado secundario; una vez emitida la deuda ésta cotiza en un mercado similar a la bolsa».

El importe mínimo de cada petición es de 1.000 euros y las superiores han de ser múltiplos de 1.000 euros. Las Letras se emiten mediante subasta; precisamente este martes, 7 de febrero, finaliza el plazo para poder participar de forma on line en la subasta que se realizará el próximo 14 de febrero, de forma presencial se puede hacer hasta el día antes pero es complicado porque hay mucha demanda. Con la finalidad de evitar las colas, desde el Banco de España recuerdan que este próximo martes entra en vigor el sistema de cita previa, «por lo que esperamos que la situación mejore notablemente».

Langa argumenta que «la demanda de las letras del tesoro se ha disparado porque su rentabilidad depende en gran medida de las perspectivas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y desde que han empezado a subir los tipos oficiales, la rentabilidad exigida por prestar dinero a España (es lo que son las letras del tesoro) ha subido». En este punto, resalta que «han pasado de estar en negativo en abril (llevaba en negativo desde finales de 2015) a rentar casi el 3 % (si miramos vencimientos de un año). Evidentemente esto hace que el apetito del inversor aumente».

La rentabilidad de las letras del tesoro depende del plazo, en estos momentos rentan al 2 % a 1 mes; al 2,34 % a 3 meses; al 2,86 % a 1 año; al 2,84 % a 3 años; y al 3,27 % a 10 años. Pese al furor que han despertado, Langa asegura que no son el producto más rentable que existe ahora mismo en el mercado. «Ni mucho menos, son productos que pagan muy poca rentabilidad, ya que el riesgo es limitado. Emisiones de bonos de empresas o de acciones (bolsa) deberían ser mucho más rentables, especialmente a plazos largos. Incluso hay países que pagan más rentabilidad como Estados Unidos, aunque en este caso habría que tener en cuenta el riesgo divisa».

Además, añade «cualquier emisión de renta fija (las letras y obligaciones del Estado lo son) tiene dos tipos de riesgo. El primero es el de crédito o de solvencia, es decir, que el emisor no pueda devolver el dinero en el momento del vencimiento. Hoy en día parece una opción bastante descartable, pero hay que tener en cuenta que el bono o la letra cotiza en mercado secundario (similar a la bolsa), por lo que ante problemas financieros que pueda tener España el precio podría caer puntualmente o, definitivamente, si el problema es real. El otro riesgo es el de tipos de interés: cuando suben, baja el precio de las emisiones vivas para adecuar la rentabilidad a las nuevas emisiones. Por ese motivo, los fondos de renta fija han tenido una rentabilidad tan mala en 2022. Es cierto que ahora el mercado ya ha descontado que las subidas de tipos se frenarán; pero el riesgo sigue vigente, especialmente en las emisiones de más largo plazo».

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