Este viernes ha entrado en vigor el descuento mínimo por ley de 20 céntimos por litro en la compra de carburante, lo que ha provocado el caos en las gasolineras de toda España y las críticas del sector, tanto entre las propias empresas como dirigidas al Gobierno. La afluencia de conductores a las gasolineras se ha disparado este viernes después de varios días de menor tráfico de clientes y de repostajes de menor importe -a la espera de la bonificación-, lo que ha derivado en colas en las horas «pico» para llenar el depósito por entre 10 y 15 euros menos, en el caso de turismos estándar. La confusión ha sido nota común entre usuarios y trabajadores de las gasolineras, según ha podido comprobar EFE, e incluso algún cliente ha preferido repostar sin rebaja para agilizar el proceso; además, algunas compañías han registrado problemas técnicos a la hora de aplicar la bonificación.
Ha sido el caso por ejemplo de Repsol, que ha sufrido incidentes en su sistema informático ante la avalancha de clientes a primera hora de este viernes, lo que ha derivado en el cierre temporal de algunos puntos de venta. La petrolera, dueña de unas 3.300 estaciones de servicio en España -más de una cuarta parte de las 11.650 repartidas por todo el país-, ha revelado que ha multiplicado por cinco sus operaciones respecto a un día normal.
El descuento forma parte del paquete de medidas del Gobierno para paliar el impacto económico de la guerra en Ucrania y se produce después de semanas de fuertes subidas en el precio de los combustibles -de un 25 % en el gasóleo y un 14 % en la gasolina desde el inicio del ataque ruso-, lo que ha contribuido también ha disparar todavía más la inflación. Para contrarrestar la subida, desde hoy las gasolineras deben aplicar un descuento mínimo de 20 céntimos por litro: 15 céntimos proceden siempre de las arcas públicas y los restantes 5 céntimos son soportados por las empresas en el caso de las grandes petroleras y son sufragados igualmente por el Estado en el caso de las pequeñas. Mientras que firmas como Repsol o Cepsa han anunciado este mismo viernes que amplían todavía más la bonificación -de un mínimo de 20 céntimos pasarán a 30 para aquellos que estén vinculados a sus programas de fidelización-, todas las asociaciones patronales del sector han advertido de las dificultades de liquidez que entraña para las compañías la puesta en marcha de esta medida. De hecho, la propia CEOE ha alertado de la «dramática situación» a la que se enfrentan las estaciones de servicio por tener que adelantar este descuento y no descarta cierres en el sector de las gasolineras.
El Ejecutivo ha accionado un sistema para que las gasolineras puedan solicitar un anticipo de la cantidad que prevén destinar a la aplicación de este descuento, aunque a primera hora de la mañana todavía no estaba disponible. Mientras, las protestas de los consumidores se han multiplicado por toda la geografía nacional. En declaraciones a EFE, la presidenta de la asociación que agrupa a las gasolineras de Lugo y vicepresidenta de la federación autonómica, Lourdes Franjo, ha dicho que, en su establecimiento, «aún no eran ni las diez de la mañana» y tenía ya sobre la mesa «tres reclamaciones de clientes». La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) ha estimado que entre 100 y 150 establecimientos han decidido cerrar hoy debido a las dudas sobre el funcionamiento del descuento, que obliga a las empresas a avanzar el dinero correspondiente a la bonificación sin saber exactamente cuándo se lo devolverá el Estado. El presidente de la entidad, Jorge de Benito, ha defendido en declaraciones a EFE que las estaciones «no pueden vender a pérdidas» y su margen no es de 20 céntimos por litro: «Estamos muy preocupados, cada vez que entra un coche de media le estamos dando entre 15 y 10 euros (de descuento) y 200 o 300 a un camión», ha explicado.
La bonificación y la confusión generada alrededor ha elevado la tensión interna en el sector, y las gasolineras automáticas y de bajo coste («low cost») incluso estudian la posibilidad de denunciar ante Competencia a las grandes petroleras por considerar que han iniciado una campaña «agresiva» en precios que, en algunos puntos del país, puede incluso «incumplir la ley al vender por debajo de coste». «Estamos mirándolo las propias empresas y la asociación por si hace falta enviar alguna advertencia a Competencia. Parece que quieren volver a recuperar la situación de oligopolio que tenían», ha advertido el presidente y fundador del grupo Moure (dueño de las gasolineras Autonetoil y los centros de lavado Elefante Azul), Marcos Moure. En opinión del dueño de Autonetoil (miembro de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas), las grandes petroleras han decidido «aprovechar la ocasión» para intentar quitarse competencia aumentando los descuentos, lo que ha derivado en que su precio de venta final es igual o inferior incluso al de muchas estaciones «low cost». Por parte del Ejecutivo, tanto la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como el titular de Presidencia, Félix Bolaños, han salido al paso de las críticas para hacer un llamamiento a la tranquilidad y asegurar que los anticipos de la bonificación que otorgará la Agencia Tributaria a las gasolineras que lo soliciten comenzarán a llegar la semana que viene. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha advertido de que si las gasolineras no reciben la próxima semana el dinero que deben adelantar «habrá un problema».