Una semana después de conceder los indultos a los líderes del ‘procés' y después de reunirse con Pere Aragonès, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cerró el paso a las aspiraciones independentistas de un referéndum de autodeterminación en Catalunya: «El PSOE nunca jamás lo aceptará».
«No habrá referéndum de autodeterminación», zanjó en una comparecencia en el Congreso apenas unas horas después de que el presidente de la Generalitat le reclamara en Moncloa esa consulta, la amnistía y el regreso de los que llama «exiliados».
Los partidos independentistas no han dado demasiada credibilidad al compromiso de Sánchez de que su partido nunca apoyará una reforma constitucional que dé luz verde a un referéndum de autodeterminación en el futuro.
Ironía
«Denos tiempo», ironizó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que recordó que el propio Sánchez ya prometió que tampoco aprobaría los indultos. Aragonès ya avisó de que Catalunya «va a persistir en su voluntad de conseguir la independencia» y ha ofrecido a Sánchez «otras vías» para que el referéndum no tenga que tener el visto bueno de una amplia mayoría del Congreso como, por ejemplo, transferir la competencia a la Generalitat.
Tampoco se creyeron el compromiso de Sánchez los partidos de la derecha, que le reprocharon otras promesas incumplidas y cargaron duramente contra el presidente del Gobierno por una medida de gracia con la que solo busca perpetuarse en el poder.
Sánchez reconoció que no hay garantías de que los indultos ayuden a resolver el conflicto catalán, pero para él «es evidente» que la vía judicial no lo soluciona por sí sola y apostó por explorar otras vías dentro de la Constitución. Defendió que la facultad del indulto es plenamente constitucional, no revisa la sentencia del Tribunal Supremo y solo supone el «perdón» y no la amnistía de los líderes del ‘procés', que alertó, «no fueron juzgados por sus ideas». «Los indultos afectan a nueve personas, pero están dirigidos a toda la sociedad», destacó Sánchez, para quien «el tiempo del castigo» ya pasó y ahora es el tiempo «del perdón y de la reconciliación».
Contra el PP
El jefe del Gobierno aprovechó para arremeter contra el Partido Popular, que, denunció, «ni siquiera respeta al Rey de España» por involucrarlo en el debate sobre los indultos.
Instó a Pablo Casado, no sin cierto sarcasmo, a que presente una moción de censura como «única alternativa cabal» a una labor de «oposición destructiva» en la que «exalta el enfrentamiento». Casado eludió entrar en la opción de la moción de censura que le reclaman tanto Vox como Ciudadanos, aunque sí confirmó que el Partido Popular recurrió ante el Supremo los indultos a los condenados por el ‘procés', al considerar que, como partido político, representan a españoles que se ven «afectados» por un «atropello democrático».
Para Pablo Casado, «con los indultos no acaba nada», sino que «empieza todo» y es que «ha subastado España por un plato de lentejas» en una estrategia que será «su finiquito como presidente del Gobierno» y «el epitafio del PSOE» porque «no le creen ni sus socios».
«Señor Sánchez, su palabra no vale nada. No le creen ni sus socios de gobierno», denunció por su parte el líder de Vox, Santiago Abascal, que acusó a Sánchez de llegar al Palacio de la Moncloa para «sembrar la ruina y la discordia entre los españoles». Abascal dijo al PP que le apoyaría en una moción de censura.