El Ministerio de Sanidad ha publicado este jueves la séptima actualización de la Estrategia de Vacunación, que recoge como principal novedad la propuesta de vacunar contra la COVID-19 a las embarazadas o en periodo de lactancia con vacunas de ARNm, es decir, como las ya aprobadas de Pfizer o Moderna, y cuando les corresponda según el grupo de priorización al que pertenezcan.
En el documento, consensuado entre CCAA y el Ministerio, se explica que, «en general, no se ha detectado un mayor riesgo de COVID-19 grave por estar embarazada, más allá de las condiciones de riesgo que presente la mujer». «Aunque los ensayos clínicos de las vacunas no incluyeron embarazadas, los datos disponibles, principalmente de utilización de las vacunas en EEUU, no indican ningún efecto adverso sobre el embarazo», señalan.
En particular, la Estrategia cita un estudio recientemente publicado en Estados Unidos que incluyó a 36.591 embarazadas que se habían vacunado con vacunas frente a la COVID-19 de ARNm, y que no encontró señales de seguridad adversas.
De la misma forma, el documento de Sanidad argumenta que el Comité de Vacunación e Inmunización del Reino Unido recomienda que las vacunas deben ofrecerse a las embarazadas al mismo tiempo que al resto de la población, según su edad y riesgo clínico.
Dado que las vacunas de Pfizer y Moderna se han estudiado más en embarazadas, Reino Unido recomienda su preferencia de utilización, aunque en las que recibieron una primera dosis de AstraZeneca recomiendan completar la pauta con la misma vacuna. Algunos países de la UE, como Bélgica, también recomiendan el uso de vacunas de ARNm para la vacunación de embarazadas, mujeres en periodo de lactancia y aquellas que deseen quedarse embarazadas.