La expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa han reingresado en prisión este viernes para cumplir sus condenas en segundo grado, una vez que el Tribunal Supremo ha revocado la semilibertad a los nueve presos del procés.
Forcadell ha llegado hacia las 20.50 horas al centro penitenciario de Wad-Ras, donde un grupo de independentistas, entre ellos el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, se han concentrado a las puertas de la cárcel para mostrarle su apoyo.
Antes de entrar en prisión, Forcadell ha agradecido que los independentistas siempre la hayan apoyado: «nunca os agradeceremos suficientemente todo el apoyo. Sabemos que nos queréis y sobre todo sabemos que persistiréis y persistiremos», ha indicado.
Dolors Bassa, por su parte, lo ha hecho en la cárcel de Puig de les Bases en Figueres (Girona) arropada por manifestantes independentistas e integrantes del actual Govern,
En apoyo de Bassa, La Asamblea Nacional Catalana (ANC) había convocado esta concentración, a la que han acudido seis columnas de vehículos procedentes de Girona, La Bisbal d'Empordà, Banyoles, Olot, Santa Coloma de Farners y Figueres.
Pese al confinamiento perimetral municipal decretado por la Generalitat y efectivo desde las 06:00 horas de este viernes, decenas de automóviles han acudido a la llamada de la ANC, así como los consellers Teresa Jordà y Chakir El Homrani, la diputada en el Congreso y hermana de Dolors Bassa, Montse Bassa, y el vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri.
A su llegada, Bassa, visiblemente afectada y rodeada de familiares, ha manifestado: «Por mucho que nos quieran pisar, no lo conseguirán». Los manifestantes, que portaban banderas y carteles de apoyo a la exconsellera y al resto de presos independentistas, han lanzado proclamas que reclamaban su puesta en libertad.
A punto de cruzar la valla del centro penitenciario, Dolors Bassa, que ha dicho sentir «rabia, impotencia e indignidad», se ha dirigido a todas esas personas con el siguiente mensaje: «Hagan lo que hagan, no nos rendiremos, seguiremos adelante. Digan lo que digan, la negociación estará ahí siempre. Por mucho que nos quieran pisar, no lo conseguirán»
Antes de su llegada a la prisión, había publicado un vídeo a través de las redes sociales en el que aseguraba que el posicionamiento del Tribunal Supremo «no por esperado es menos doloroso».
La exconsellera recordaba en esas imágenes que tanto ella como la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, han dispuesto de «un tiempo de aire fresco más largo» que el resto de presos independentistas y ha apuntado que, ahora, vuelve «la gran represión».
Sin embargo, advertía de que «las convicciones son las mismas» y que, «pese a los cerrojos, los muros y las cerraduras de seguridad», sus «ansias de libertad colectiva» siguen vigentes.
El Supremo ha revocado este viernes el tercer grado concedido en julio pasado por la Generalitat a los nueve condenados a prisión por el «procés», por considerarlo prematuro, y ha derogado también sus salidas profesionales y de voluntariado en aplicación del artículo 100.2 del régimen penitenciario, al concluir que no está conectado con la reinserción.
De los nuevos presos del procés, únicamente Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa mantenían hasta ahora su tercer grado -por el que únicamente iban a dormir a la cárcel de lunes a jueves-, ya que su juzgado de vigilancia penitenciaria no lo suspendió cautelarmente a la espera de que el Supremo se pronunciara sobre los recursos de las partes, a diferencia de lo que ocurría con los presos de Lledoners, a los que sí se dejó sin efecto su semilibertad a finales de julio pasado.
Una vez la cárcel de Wad-Ras ha recibido esta tarde la notificación oficial de la decisión del Supremo, el centro se ha puesto en contacto con Forcadell para informarle de que debía reingresar este mismo viernes, al igual que ha ocurrido con la exconsellera Dolors Bassa en la prisión gerundense de Puig de les Basses.
Precisamente, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha protestado esta noche contra la decisión de Supremo, con la organización de una decena de marchas de vehículos hasta dos prisiones, Wad-Ras (Barcelona) y Puig de les Basses, en Figueres (Girona), esta última donde Bassa ha ingresado poco después de las 20.30 horas.