Las palabras del diputado de Bildu Jon Iñarritu al también diputado, pero en este caso de Vox y por Baleares Antonio Salvá, cuyo hijo fue asesinado por ETA en el atentado de Palmanova de 2009, han sido muy comentadas en la esfera política local y nacional durante las últimas horas.
En la comisión de Exteriores del Congreso coincidieron ambos representantes públicos, y el diputado abertzale tomó la palabra para dejar clara su condena de la violencia y la de su partido entonces, cuando se produjo el último atentado con víctimas mortales de la banda terrorista en suelo español, y también ahora.
Según sus palabras Iñarritu se solidarizó con Salvá como persona y también como «víctima», y a continuación hizo lo mismo con los familiares del socialista Ernest Lluch y los de su compañero abertzale Josu Muguruza, diputado asesinado por la extrema derecha.
Estos hechos han llamado la atención procediendo de la formación independentista vasca.
Sin embargo muchos analistas han coincidido en señalar que Bildu es una coalición formada por varios agentes. Uno de ellos es Aralar, el partido del que proviene Iñarritu, fundado en su día por Patxi Zabaleta como una escisión de Herri Batasuna a finales de los años noventa del pasado siglo.
Ya entonces e incluso antes voces como la de Zabaleta sembraron entre la izquierda abertzale el germen de la condena de la violencia como estrategia política, un cambio asumido por algunos otros sectores de la coalición y que todavía hoy al núcleo duro de Bildu, cercano a Arnaldo Otegi, le cuesta más expresar en público.