La histórica militante del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), luchadora antifranquista y fundadora de la Asociación Dones del 36, María Salvo, falleció este lunes en Barcelona a los 100 años.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de pésame y duelo por la muerte de esta histórica del PSUC, que nació en Sabadell en 1920 y estuvo encarcelada 16 años durante el franquismo.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en cuya lista electoral figuró, en el puesto 41, en las elecciones municipales de 2019, ha lamentado la muerte de la que fue expresidenta de la Asociación Catalana de Presos Políticos del Franquismo (ACEPF), y ha calificado a Salvo de «mujer libre, fuerte, lúcida y generosa».
También la portavoz del grupo parlamentario de Catalunya en Comú, Susanna Segovia, ha expresado su «tristeza» por la pérdida de Salvo, al igual que el presidente del Parlament, Roger Torrent, la consellera de Justicia, Ester Capella, y la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo (ACEPF), que ha informado en un comunicado del fallecimiento de la que fue su presidenta.
Esta asociación ha destacado que «pagó un precio muy alto por su compromiso. Los dieciséis años que estuvo encarcelada, las torturas que soportó, las consecuencias que tuvo que sufrir, han marcado su vida, que durante muchos años compartió, feliz, con su compañero Domènec Serra, un hombre extraordinario con el que coincidía en ideas, trabajo político, militancia en el PSUC y filosofía de vida».
Entre otras distinciones, María Salvo recibió en 2003 la Medalla de Honor de Barcelona, en 2004 fue investida doctora «honoris causa» por la Universidad Politécnica de Barcelona y en 2005 la Generalitat le otorgó la Creu de Sant Jordi.
Hija de un carpintero ebanista que participaba en movimientos obreros y de una ama de casa, católica practicante y analfabeta, en 1936 se afilió a UGT y en 1938 se hizo cargo del comité de propaganda en Barcelona de la JSUC, aunque un año más tarde tuvo que exiliarse en Francia, donde estuvo internada en campos de concentración hasta que fue obligada a regresar a España.
En 1941 fue detenida en Madrid y encarcelada en la prisión de Les Corts de Barcelona y condenada por un tribunal militar a 30 años de cárcel.
Pasó 16 años presa por cárceles de Zaragoza, Madrid y Segovia y al ser liberada fue desterrada a Santander, donde, como miembro clandestino del PSUC, luchó contra el franquismo y logró regresar a Barcelona.