La líder de Cs, Inés Arrimadas, ha condicionado su apoyo a los presupuestos a que el Gobierno retire la enmienda a la ley educativa para eliminar que el castellano deje de ser considerada lengua vehicular y que se comprometa por escrito a que no habrá un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Si el Gobierno no acepta esas dos condiciones, Cs votará en contra del proyecto de Presupuestos, han asegurado fuentes de la dirección naranja que ahora pone estos requisitos sobre la mesa cuando hasta la semana pasada evitaban poner exigencias en la negociación para no caer en «trampas» de Podemos y ERC, según dijeron.
En una rueda de prensa telemática tras la reunión de la Ejecutiva, Arrimadas ha asegurado que mantendrán la mano tendida al Gobierno hasta el mismo momento de la votación del dictamen, que será previsiblemente en diciembre, pero que el presidente, Pedro Sánchez, tendrá que elegir la vía moderada que ofrece Ciudadanos o la del separatismo.
«Si quiere que en la foto final estén los partidos separatistas», ha insistido la líder naranja, entonces no cumplirá con las demandas presupuestarias y económicas que le plantea Cs «y se centrará en las contrapartidas que le pide el separatismo».
También en relación con los presupuestos, la líder naranja, que ha endurecido la posición naranja en la negociación, ha anunciado que su formación no apoyará mañana las siete enmiendas a la totalidad a los presupuestos y ha explicado que también pedirá que las cuentas contemplen ayudas directas y no créditos para las empresas que tienen que cerrar temporalmente por la crisis del covid, en línea con las medidas aprobadas por otros países europeos.
Ha avanzado además que no desistirán de la aprobación de un permiso retribuido para aquellas familias que tengan hijos en cuarentena y que no puedan teletrabajar para impulsar la conciliación.
Con esa idea, ha recalcado que Cs tiene «dos compromisos» con los españoles y no van a renunciar a ninguno de ellos, uno es mejorar el proyecto del Gobierno «para frenar las barbaridades» de Podemos y el segundo evitar «las concesiones» a los partidos independentistas.
«Las contrapartidas que exigimos son incompatibles con el separatismo», ha subrayado Arrimadas, al poner la pelota sobre el tejado de Sánchez, que debe elegir entre unas cuentas moderadas -ha dicho- «o una mayoría Frankenstein que sólo piensa en ayudar a Junqueras».
Ha puesto en valor lo ya conseguido por su partido, como evitar la subida del IVA a la escuela concertada y a la sanidad privada o el «dieselazo» en el trámite de enmiendas.
Mientras otros, como el PP o Vox, ha criticado, «gritan mucho pero no conseguían nada», Cs ha elegido sentarse a negociar «para que ese alivio a las familias se pudiera producir» en lugar de presentar la que hubiera sido la octava enmienda de totalidad.
Fuentes de la dirección han insistido en el mensaje de que solo sentándose a negociar se pueden conseguir más cosas y que hay una parte del Ejecutivo (Podemos), junto a ERC, que quieren «sacarles» de la ecuación porque si ellos salen, han advertido, el apoyo de los independentistas al Gobierno sería mucho más caro.
Seguirán por tanto en la negociación hasta el último momento -presentarán más de cien enmiendas parciales-, pero para dar el sí a las cuentas quieren la retirada de la enmienda del castellano y el compromiso por escrito, porque dicen que no se fían de Sánchez, de que mientras gobiernen no habrá una consulta en Cataluña, dos medidas que exigen a tres meses de las elecciones en esa comunidad.
En este contexto de compromiso que aseguran tener con los ciudadanos, Arrimadas, la secretaria general del partido; Marina Bravo, y la portavoz de Educación, Marta Martín, se han reunido este martes con representantes de la escuela concertada y especial para trasladarles de nuevo el apoyo de la formación con las familias que deciden educar a sus hijos en estos centros y reafirmarse en que seguirán trabajando para evitar las barbaridades que pretende llevar a cabo la ley Celaá.